"Estaba saturado de trabajo" y bebía mucho, porque era su única forma "de poder disfrutar de la vida". Así ha comenzado la declaración de Manuel Murillo en la Audiencia Nacional, que le juzga por intentar organizar una 'operación Valkiria' para matar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. La principal prueba de cargo contra él son una serie de mensajes de Whatsapp en los que se ofrecía para matar al presidente, sin importarle morir.
Murillo, conocido como el francotirador -porque así se definió él- se enfrenta a 18 años y medio de cárcelFía buena parte de su defensa a su estado de embriaguez en en el que vivía de forma habitual en aquella época, verano de 2018. En la sala se han leído los mensajes de Whatsapp a la coordinadora de Vox en Terrassa, proponiendo la operación y los que dejaba en un grupo de chat bajo el nombre "Terrassa por España". El grupo estaba compuesto por personas de ideología política nacionalista española y conservadora a las que, en su mayoría, no conocía personalmente.
"Soy un francotirador y con un tiro preciso se acaba el Sánchez", escribió, mientras pedía un contacto con Santiago Abascal y se ofrecía a hacerlo él. "Sólo necesito periodistas" para la foto, escribía Murillo, que ahora, dos años y medio después dice no recordar.
La próxima exhumación de Franco le llevaron a escribir los primeros mensajes: "No podemos permitir que humillen al generalísimo (...) Es una venganza por haber perdido la guerra", tecleó en su teléfono.
En el juicio de este lunes, ha calificado sus frases como "disparates" y ha señalado que él no ha hecho la mili ni es francotirador, que sólo es miembro de un club de tiro.
Una y otra vez ha asegurado que él es un hombre "muy sensible" y que nunca sería capaz de matar a nadie. Que aquellas palabras que escribió eran "ensoñaciones", cosas de críos. "El whatsapp lo envié a una persona casi sin querer", sin saber si lo estaba enviando.
El fiscal le ha preguntado por la buena ortografía de sus mensajes, pese al estado en que asegura que se encontraba al escribir. Él ha respondido que también "conducía" y que lo hacía bien, pero ha insistido en que estaba borracho, y que aparte del vino, había empezado a beber orujo.
También se ha definido como "muy patriota" y ha explicado que en medio de la borrachera tenía ensoñaciones que le hacían sentirse "como Rambo".
Murillo también ha hablado de episodios de sonambulismo y de escenas en las que llegó a golpear a su muer dormido o de trepar por las literas de la prisión donde fue recluido tras su detención en septiembre de 2018.
Durante aquel verano, los mensajes de Murillo eran insistentes, a todas horas. El fiscal no daba crédito: "¿Pero usted estaba siempre bebiendo?", preguntaba al acusado, que le ha respondido con todo detalle sobre sus hábitos con el alcohol, incluido en su vida desde primera hora de la mañana.
Su interlocutora en los últimos mensajes informó a los Mossos el plan de Murillo, que fue detenido en septiembre de 2019.
El día de su detención, los agentes localizaron en su vehículo una pistola, una carabina, un puñal y varios útiles para la práctica del tiro. Además, en su domicilio los investigadores también hallaron varios revólver, una escopeta, un fusil de asalto y una ballesta artesanal. Además, se incautaron de gran cantidad de munición y varios artefactos explosivos.
Tras la declaración de los agentes policiales que intervinieron en la detención y la incautación de las armas, ha comparecido una mujer que lo conoce "desde niño". Ha hablado de él como de "una buena persona", que era "muy sensible con los animalitos" y que se portaba muy bien con su madre.
Eso sí, la misma mujer ha reconocido que recibió algunos mensajes "disparatados" referentes a Pedro Sánchez. No sólo eso, ha admitido que cuando bebía "era insoportable", un testimonio que refuerza la tesis de la embriaguez que mantiene la defensa.
"Recuerdo uno que me escandalicé... dijo que si se le ponía delante Pedro Sánchez lo quitaba de en medio", ha relatado la testigo que, según su versión ni leía ni entendía esos mensajes", aunque siempre pensó "que no hablaba en serio".