Jacobo, con 34 años: "Estaba como un roble y acabé en la UCI, lo más que tomé fue algún café en terrazas"
"Yo era de los que iba de casa al trabajo, del trabajo a recoger a mis hijos al colegio"
"No estoy diciendo que no haya tomado algún café en una terraza, pero rápido"
Notó fiebre y se aisló en casa: su familia no está contagiada
A Jacobo Rodicio, de 34 años y sin problemas de salud en su historial clínico, lo llevó el virus a la uci del CHUO casi una semana. Es un caso que deberíamos tener presente a diario. "Estaba como un roble. No soy asmático, y tampoco sufrí nunca enfermedades respiratorias", explica, aún sorprendido porque el coronavirus se haya cebado con él. De hecho, aún sigue siendo positivo y se encuentra hospitalizado, aunque ahora esté en planta tras dejar la zona de críticos el pasado viernes por la noche.
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De casa al trabajo y a llevar al cole a los niños
Jacobo aún sigue computando como positivo y a la espera de otra prueba PCR que constate si ha dejado atrás a su enemigo, cuenta su historia, porque con su edad hay muchos que ningunean esta enfermedad cada vez más contagiosa. Su historia refleja con qué facilidad es posible caer en las redes del virus aún siguiendo las pautas de prevención y de seguridad dictadas por las autoridades sanitarias. "Yo era de los que iba de casa al trabajo, del trabajo a recoger a mis hijos al colegio y, nuevamente, de vuelta a casa. Y de llevar siempre la mascarilla. No estoy diciendo que no haya tomado algún café en una terraza, pero siempre de forma rápida y con mi cabeza siempre consciente de que lo primero era mi familia", explica a Informativos Telecinco.
Notó fiebre y se aisló en casa: su familia no está contagiada
El pasado 12 de octubre comenzó a encontrarse mal. Notaba algo de fiebre, y su intuición no le falló. "Interioricé desde el primer minuto que podía ser el ‘bicho’ y me metí en una habitación yo solo", dice. Mientras, fuera, estaban su mujer y sus dos hijos, de cuatro y un año de vida, respectivamente. Ninguno de ellos dio positivo en las pruebas posteriores. De hecho, tras el contacto con su médico de cabecera y los rastreadores de la Xunta después, le confirmaron que nadie de su entorno con el que hubiese estado recientemente estaba afectado por la enfermedad. "Y eso es lo raro, porque yo estoy con mi mujer y mis hijos todos los días. El caso es que a mí me cogió con muchas ganas", explica Rodicio, que por lo menos ya ha pasado lo peor.