Estalla la tensión en el independentismo. Si el acuerdo entre el PSOE y ERC ya había desatado desacuerdos y desavenencias entre los distintos partidos del bloque secesionista, así como en el seno del Govern, –que no le ha dado su “visto bueno” al pacto–, ahora han sido las decisiones de la Junta Electoral Central las que han terminado de dinamitar los ánimos, provocando que la tensión se expanda y se traslade de las instituciones y las distintas formaciones a las calles.

Los independentistas consideran como un “golpe de Estado” la resolución de la JEC de inhabilitar a Quim Torra como presidente de la Generalitat, –tal como lo ha expresado Carles Puigdemont a través de Twitter–, y han anunciado movilizaciones para expresar su rechazo a un fallo que, han avanzado, tanto el Parlament como el propio president van a recurrir al Supremo. Además, pedirán la suspensión cautelar de esta medida, dejando la decisión en manos del Alto Tribunal.

El propio Quim Torra se ha pronunciado para calificar la orden de retirarle el acta de diputado e inhabilitarle como un “ataque contra los electores y la ciudadanía misma que vota y tiene que votar libremente en este país”. La decisión, ha dicho, busca “alterar la voluntad democrática de Cataluña”, asegurando que es algo que no tolerarán: “No lo permitiremos jamás”, ha subrayado, afirmando que seguirá ejerciendo como presidente hasta que le Parlament lo destituya, y pidiendo un pleno para este sábado que se ha fijado para las 17:00 horas.

En el marco de su comparecencia, además, en otro claro gesto de desafío, el president se daba un baño de multitudes desplegando la pancarta por la que fue condenado por desobediencia (‘Libertat presos politics i exiliats’); la misma que le ha inhabilitado, la cual instantes después han vuelto a colocar en la fachada de la Generalitat.

Nada más conocer los acontecimientos, Torra acudía a una reunión de urgencia; un Consejo de Gobierno extraordinario en el que estaba presente el vicepresidente del Govern, Pere Aragonés, de Esquerra, que nada más saltar la noticia se apresuraba en Twitter a dar “todo su apoyo al muy honorable president por la decisión aberrante de la Junta Electoral Central”.

La reunión ha sido tensa por la decisión de la JEC y tirante, seguro, por el acuerdo Esquerra con el PSOE al margen de Junts Per Cat, que ha convocado este sábado a su grupo parlamentario. También ERC a su Ejecutiva, al albor de unos acontecimientos crecientemente agitados. Se reunirán de forma extraordinaria, han dicho, para “analizar la decisión, coordinar la respuesta y valorar las consecuencias en el inmediato calendario político”.

La situación es muy tensa. La JEC no solo ha decidido, tras 6 horas de deliberación, –y con 7 votos a favor y 6 en contra–, retirar el acta de diputado del Parlament a Torra, lo que podría conllevar su cese inmediato, sino que, además, en otra difícil decisión, –aunque más rápida–, han fallado en contra de entregar el acta de eurodiputado a Oriol Junqueras.

En este contexto, y a apenas horas de que arranque el debate de investidura de Pedro Sánchez, los independentistas se han vuelto a echar a las calles. Centenares de personas, convocadas por la ANC, se han movilizado congregándose en la plaza de Sant Jaume, frente al Palau de la Generalitat, con pancartas y gritos de apoyo hacia Quim Torra. Además, distintos miembros de los CDR se han unido a convocatoria.

Durante la protesta, a las 21:08 horas, se ha retirado la bandera de España del Palau de la Generalitat para colgar la que desplegaba el president pidiendo “libertad para los presos políticos”, si bien minutos más tarde, a aproximadamente las 21:24, volvía a izarse.

Así las cosas, la gran incógnita en el aire tras los últimos acontecimientos es si lo que está ocurriendo, tras las decisiones de la Junta Electoral Central, puede afectar de alguna manera a la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. El todavía presidente en funciones, salvo imprevistos, cuenta en estos momentos con los apoyos necesarios para convertirse en jefe del Ejecutivo, pero, en este contexto, aún nada es seguro.