El juicio por el incendio de la residencia de Massamagrell (Valencia) arrancará en octubre, 5 años después del suceso

EUROPA PRESS 24/07/2011 12:26

El juicio por el incendio registrado en marzo de 2006 en la residencia de la tercera edad 'San Lorenzo de Brindis', situada en el municipio valenciano de Massamagrell, en la que fallecieron cinco residentes, discapacitados psíquicos, se celebrará en el mes de octubre, tras más de cinco años desde que se originaron los hechos, según han indicado a Europa Press fuentes judiciales.

El titular del juzgado de lo Penal número 12 de Valencia, encargado de este asunto, ya ha fijado las fechas de juicio: el 19, 20, 21 y 24 de octubre. La celebración del juicio se ha aplazado hasta en dos ocasiones. La primera, a finales del mes de enero de 2009, por la muerte de una de las denunciantes; y, la segunda, en febrero del mismo año, ante la petición de incorporar al procedimiento una tercera compañía de seguros que cubriera la responsabilidad civil de una de las ATS imputada.

Esta última solicitud --a la que se adhirieron tanto el ministerio fiscal como los representantes de los afectados-- obligó al juzgado de lo Penal a remitir la causa a instrucción, lo que provocó un nuevo retraso en el inicio del juicio.

El ministerio fiscal pide en su escrito de calificación provisional un total de siete años y seis meses de prisión para cada imputado por cinco delitos de homicidio imprudente, y una indemnización solidaria y conjunta de 120.000 euros a los herederos de tres fallecidos, puesto que los familiares de otros dos no reclamaron.

La jueza de primera instancia e instrucción número 3 de Massamagrell, sobre la que recayó inicialmente este asunto, imputó a un total de cinco personas por el incendio de la residencia, que son el director, el gerente, el médico, una enfermera y el hijo del propietario.

El fuego se originó sobre las 19.40 horas del 28 de marzo de 2006 en la enfermería de la residencia, donde se encontraban las cinco personas fallecidas --cuatro hombres y una mujer, de entre 30 y 80 años--, que estaban impedidas para moverse. Las víctimas, todos ellos enfermos mentales, fueron una mujer de 50 años y cuatro hombres de 80, 65, 50 y 30. El mayor de ellos era el padre del dueño del establecimiento.

Un cortocircuito por un cable, que hizo prender uno de los colchones de la enfermería, fue el origen del incendio que calcinó la estancia, de medianas dimensiones, y en la que se registró el denominado efecto de 'comportamiento estanco', que impidió que el fuego se propagara a otras dependencias.

En el momento de los hechos, el centro, que empezó a funcionar en 1992, albergaba a 120 residentes, 70 de los cuales tuvieron que se trasladados en esa jornada a otros lugares, para volver al día siguiente, mientras que los 50 usuarios restantes pasaron la noche en las dependencias no afectadas. De la cifra total, unos 70 usuarios eran discapacitados psíquicos.