Nada más llegar ayer a la prisión de Brieva, a Iñaki Urdangarin, condenado a cinco años y 10 meses de cárcel por el Tribunal Supremo, le dieron una bolsa de aseo, sábanas y ropa limpia.
El marido de la infanta ahora debe ser clasificado como preso. Lo normal es que lo consideren un preso de segundo grado y de ser así hasta dentro de año y medio no tendrá ningún permiso. Pasado este tiempo podrá salir de la cárcel un máximo de 36 días al año aunque nunca más de siete seguidos.
Urdangarin ocupa un módulo independiente de la cárcel de Brieva, que ya tuvo otro recluso conocido, Luis Roldán. Éste se quejó de la soledad y sobre todo del frío. Ahora el módulo masculino de esta prisión de mujeres ha sido acondicionado. Urdangarin solo tendrá contacto con los funcionarios. Dispone de una celda de 13 metros, además de un salón comedor, de un gimnasio con televisión y un patio, al que el anterior inquilino no salía porque en su primer paseo las presas le tiraron botellas con orín.
Urdangarin tiene la posibilidad de que le visiten cuatro familiares. Lo pueden hacer en visitas ordinarias de 20 minutos dos veces a la semana o en vis a vis de tres horas dos veces al mes. Aunque el abogado de Urdangarin no ha explicado por qué ha elegido esta cárcel pero hay que tener en cuenta que está muy cerca de Madrid, que tiene vuelos directos con Ginebra, donde vive la infanta Cristina con sus cuatro hijos.