Igor el Ruso llevaba días planeando el ataque en la cárcel de Dueñas: "Regresaré y buscaré a cada uno de vosotros"
Este domingo agredió a cuatro funcionarios con un azulejo: "Se había puesto una gran cantidad de ropa y revistas, sobre todo en las muñecas y en los tobillos para evitar ser esposado"
En el registro de su celda encontraron escritos en italiano y un folio con una especie de código binario
Su abogado mantiene que sufre un trastorno antisocial, el síndrome del Veterano del Vietnam
"Vais a tener que entrar y me llevo a uno por delante. Mataros me sale gratis", amenazaba Norbert Feher, alias Igor el Ruso, a los funcionarios de la prisión palentina de Dueñas que este domingo acudieron a buscarle a su celda. Eran las ocho y media de la mañana. Los trabajadores llevaban trajes especiales de seguridad y portaban un escudo. Es un interno extremadamente peligroso y violento.
"Al llegar vieron por la ventana de su puerta que les estaba esperando con los brazos colocados como un boxeador. Se había puesto una gran cantidad de ropa y revistas por debajo, sobre todo en las muñecas y en los tobillos para evitar ser esposado. Tenía un azulejo roto en la mano. La puerta de la celda es muy estrecha y hay que entrar de uno en uno. Directamente se abalanzó sobre ellos. A a uno le clavó el azulejo; le salvó el chaleco protector. Los compañeros consiguieron arrebatárselo y entonces empezó a dar patadas y puñetazos. Como pudieron le redujeron y le sacaron directamente al furgón de la Guardia Civil que le estaba esperando en la puerta", relata uno de los trabajadores, que prefiere mantener el anonimato.
Después registraron su celda, en la que descubrieron algunos textos manuscritos que había dejado el interno, escritos en italiano. "El tiempo no es más que una ventana. La muerte no es más que una puerta. ¿Regresaré? Y buscaré a cada uno de vosotros". Es la traducción de una de sus cartas. También había un cartel en el que ponía: "Primera parte completa" y otro folio con lo que parece un código binario, a base de ceros y unos.
El recluso llevaba días preparándose para ser trasladado al penal de Zuera (Zaragoza), donde ya había estado anteriormente y permanecerá durante los días que dure el juicio por el asesinato de un ganadero y dos agentes del instituto armado, el 14 de diciembre de 2017.
Este lunes Igor el Ruso ha salido a las siete de la mañana de la prisión aragonesa, sin incidentes para asistir a la primera vista. Fuera le esperaba un operativo especial de la Guardia Civil compuesto por 18 agentes del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) que le ha escoltado hasta la sala, donde permanecerá en todo momento dentro de una cabina blindada construída para su primer juicio.
Entonces fue condenado a 21 años de prisión por dos tentativas de homicidio y tenencia ilícita de armas. Ahora la fiscalía solicita para él prisión permanente revisable mientras su abogado, Juan Manuel Martín Calvente, pide que se le aplique la eximente de legítima defensa, y alega que sufre un trastorno antisocial.
Ataque a los funcionarios
Igor el ruso fue trasladado hace ocho meses al penal de Dueñas desde la cárcel de Teixeiro, donde tuvo algunos incidentes. Previamente estuvo en el penal de máxima seguridad de Zuera, de donde también tuvieron que cambiarle después de descubrir unos planos de la cárcel que había dibujado o unos escritos con los horarios de los funcionarios.
Este domingo estaba preparado:"sabía que se acercaba la fecha del juicio y desde hace varios días notábamos que algo estaba tramando. Llevaba mucha ropa, iba como muy abultado, hinchado. Se había puesto varias prendas en las muñecas y en los tobillos para impedir que pudieramos ponerle unas esposas y amortiguar posibles golpes", cuentan los trabajadores.
Feher pasa los días solo, en una celda del departamento de aislamiento. Apenas sale y cuando lo hace es a través de unas cancelas. Los funcionarios le abren las puertas desde una garita, sin mantener contacto físico con él. Ya habían escrito algunos informes advirtiendo del riesgo que supone poner baldosas en las instalaciones. "Estos materiales pueden pasar los arcos detectores de metal que deben atravesar los internos", explican los trabajadores. Ahora investigan de dónde sacó el azulejo porque no fue de su celda.
Los trabajadores manifestan la necesidad de crear un cuerpo especial de intervención para este tipo de actuaciones. "Las plantillas están envejecidas. Funcionarios de más de 50 años deben realizar estas intervenciones sin ninguna formación específica", señalan.
Critican además que "el máximo de cumplimiento efectivo en prisiones para un interno de este tipo según el Código Penal actual son 40 años de cárcel. A partir de ahí lo que haga le sale gratis. Nuestra vida para ellos no importa nada."
Estrategia defensiva
Durante el juicio, Igor el Ruso deberá permanecer en una cabina blindada que construyeron para el anterior en la Audiencia Provincial de Teruel. Un habitáculo fabricado con estructura de acero y paredes de metacrilato, de cuatro metros cuadrados y 700 kilos de peso, que costó 7.000 euros. Su abogado había solicitado que no se utilizara.
Aún así todo puede formar parte de una estrategia defensiva, señala el psiquiatra Jose Carlos Fuertes: "pretenden demostrar que Feher sufre un trastorno por estrés postraumático derivado de sus tiempos de soldado, lo que se conoce como el síndrome de los Veteranos del Vietnam. Esta agresión a los funcionarios la interpreto como una especie de teatro porque saben que los medios van a estar atentos estos días y puede ayudarle a conseguir un atenuante", dice.
Igor el Ruso es un experto en el manejo de armas y tácticas de guerra. Está adiestrado para matar y defenderse cuando cree que está en peligro. Ese fue su alegato en el anterior juicio por herir a dos vecinos de Albalate del Arzobispo (Teruel), unos días antes de los hechos por los que le juzgan ahora.
"Ejecuta su papel. Tiene una gran frialdad emocional. Cosifica a los seres humanos, no es capaz de empatizar, aunque pueda tener aferradas ciertas creencias religiosas. Está entrenado para matar y luchar para sobrevivir, sin tener ninguna alteración emocional derivada de sus actos. Estos sujetos tardan mucho en adaptarse. Pueden tener una alteración mental añadida por el consumo de algunas sustancias. Planifica y premedita sus actos. Tiene comportamientos lógicos y organizados. Saben que la prensa va a estar pendiente de él estos días. Es una forma de conseguir que le rebajen la condena", resalta el doctor Fuertes.
"Este tipo de individuos no reconoce que tiene una perturbación psíquica. Un trastorno de personalidad no es una patología como tal. Estas personas actúan por impulsos. Por eso el tratamiento debe ser reparador. Primero deben reconocer lo que han hecho para después intentar modificar estas conductas", apunta.
De este modo puede presentarse como una víctima ante la sociedad. Pretenden demostrar que tienen un trastorno, derivado de años de guerra y sufrimiento. Es el único resquicio legal que le queda para defenderse y convencer al jurado popular.