El sexo, la edad y la gravedad de la enfermedad pueden ser útiles para identificar a los supervivientes de COVID-19 que probablemente tengan altos niveles de anticuerpos que puedan proteger contra la enfermedad, como avanzaba un estudio codirigido por investigadores de la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Johns Hopkins (Estados Unidos).
Y parece que todos esos factores se han juntado para que Fermín Cabanillas, un hombre que vive en Sevilla, se haya convertido en un 'superdonante' de plasma. Como recoge El Español, este hombre se contagió a finales del mes de agosto, y tras su recuperación, los doctores siguen alucinando con los resultados de sus analíticas: triplica la cifra de anticuerpos.
Su carácter 'superinmune' ha hecho que haya donado plasma ya en dos ocasiones, con la tercera prevista para este miércoles, y que los médicos no quieran que esto termine: le han pedido que vuelva a realizar otras tres donaciones en los próximos meses.
Fermín, encantado con su sangre, que en estos momentos vale "oro", está dispuesto a ayudar a quien lo necesite, y eso que, como narra entre risas, antes tenía pánico a las agujas. Ahora se ha convertido en un héroe que puede ayudar a salvar vidas.
Unas 200 personas enfermas de COVID e ingresadas en hospitales andaluces han sido tratadas con hiperplasma, plasma sanguíneo donado por pacientes que han superado la enfermedad y que generan un anticuerpo que puede ayudar a otras personas.
Según han informado fuentes del Centro Regional de Transfusión Sanguínea, las donaciones han aumentado en las últimas semanas y ya hay reservas de unas 800 bolsas, para transfundir a demanda de los médicos.
Las donaciones sirven para trabajar en un estudio clínico activo en Andalucía que aprovecha la generosidad de personas que han superado la covid y han generado anticuerpos y utiliza su plasma para tratar a enfermos aún convalecientes, con este plasma, denominado "de convalecientes", que posee anticuerpos con actividad neutralizante frente al virus y sirven para mejorar la respuesta del organismo frente a la infección.
La donación de este plasma se realiza mediante aféresis, un procedimiento sencillo y seguro que consiste en extraer una cantidad de plasma del donante sin que se afecten las células de la sangre.
Cuando se obtiene este plasma, siguiendo el mismo procedimiento que en cualquier otra donación, se fracciona en dosis de 300 mililitros y se mantiene congelado hasta su uso, un año como máximo, con la premisa de que una sola donación permite contar con dos bolsas de plasma.
El uso clínico del plasma se ha incluido tanto en un ensayo clínico como en un estudio observacional ajustados a las indicaciones de las autoridades sanitarias europeas, y muchos pacientes que han recibido este tratamiento de plasma para mejorar su respuesta al virus.