Manuel Abella, uno de los ex inspectores condenados por el 'caso Hacienda', ha declarado este viernes que la sentencia, que le condena a 11 años de prisión, está trucada desde el principio porque les querían "fulminar".
En declaraciones a los periodistas al entrar en la Audiencia de Barcelona, donde se celebra una vistilla con los condenados para acordar si es necesario imponer medidas cautelares hasta que la sentencia sea firme, Abella ha aseverado que "hace un año que la sentencia está hecha".
Ha considerado que el proceso ha sido una "farsa absoluta" porque hace más de un año que ya se sabían las penas que se iban a imponer, porque, entre otras cosas, Hacienda no tenía ningún interés en que los acusados volvieran a trabajar en la institución.
Ha confirmado que recurrirá la sentencia, que le atribuye los delitos de cohecho pasivo, falsedad documental, prevaricación y omisión del deber de perseguir delitos, porque en ningún caso recibió pisos de los constructores Núñez por hacer la vista gorda en las inspecciones, ya que esos pisos los compró con su patrimonio personal porque era hijo único y tenía dinero de sus padres.
Ha lamentado haber estado en este proceso en "clara indefensión" porque su abogado era de oficio y especializado en asesinatos, y ha explicado mientras se sacaba la dentadura postiza que está en muy malas condiciones de salud y que ha perdido los dientes "por los disgustos".
Ha asegurado que sabe que este viernes puede entrar en prisión por lo que ya ha venido con todas sus cosas metidas en una bolsa del FC Barcelona --club del que fue presidente Josep Lluís Núñez--.
La Audiencia de Barcelona ha condenado a seis años de cárcel al ex presidente del Barça y a su hijo Josep Lluís Núñez Navarro por los delitos de cohecho activo y falsedad documental, además de condenar a 13 años al ex jefe regional de Hacienda en Cataluña, José María Huguet.