El Gobierno no se plantea reconocer al régimen "impuesto por la fuerza" en Afganistán, no obstante, abre la puerta a desarrollar "contactos operativos" con las autoridades para continuar con el plan de rescate de los colaboradores afganos, mandar ayuda humanitaria y garantizar el respeto de los derechos humanos en el país.
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha explicado en una comparecencia extraordinaria en el Congreso este lunes que "la reflexión que habrá que hacer es si hay que desarrollar contactos operativos con las autoridades de facto" para poder realizar esas actuaciones.
"Los talibanes suponen una amenaza para todos los afganos y sobre todo para mujeres y niñas", ha advertido Albares, que, a su vez, ha explicado el trabajo "coordinado" que las autoridades españolas comenzaron a elaborar en julio.
"El 5 de julio desde el Ministerio de Asuntos Exteriores se actualizaron las recomendaciones de viaje, y el 15 de julio se recomendaba a todos los españoles a abandonar el país", ha detallado.
Unas recomendaciones que, días más tarde y ante la inminente llegada de los talibanes a Kabul, se convirtieron en "avisos" específicos a cada español que quedaba en Afganistán, a los que se les pidió abandonar el país.
"En el momento en el que se agravó la situación únicamente quedaban cinco españoles, aparte del personal de la embajada", ha explicado el ministro respecto a la repatriación de la colona española en el país.
El titular de Exteriores también ha informado sobre el "cribado de seguridad" que se aplicaba a los colaboradores afganos acogidos y sus familias, tanto en el aeropuerto de Kabul como en Dubái, con una serie de "entrevistas" y "comprobaciones" para confirmar la identidad de cada persona evacuada.
Albares comparece en el Congreso, por primera vez desde que asumió el cargo hace 49 días, para dar cuenta tanto de la crisis en Afganistán como de las líneas generales de actuación en su departamento.