España abandona Afganistán tras su misión más duradera y letal, con los talibanes de regreso al poder

  • La misión española contó con más de 27.000 efectivos y dejó 102 víctimas mortales, así como dos colaboradores fallecidos

  • El contingente español recorrió 3 millones de kilómetros y llevó a cabo 1.400 desactivaciones de explosivos

  • Los accidentes del Yak-42, del helicóptero Cougar y el atentado a la embajada son los momentos más trágicos de estos años

España saldrá de Afganistán este viernes, cuando termine el puente aéreo que ha permitido sacar a más de 1.200 afganos y regresen el personal diplomático, los militares y los policías que aún seguían en el país para coordinar las labores de evacuación en un aeropuerto sacudido por un atentado. Un cierre definitivo, tras la retirada de las últimas tropas en mayo, a casi dos décadas de presencia.

En la misión internacional más prolongada en el extranjero participaron 27.100 efectivos y perdieron la vida 102, lo que la hace también la más letal, seguida de la de Bosnia-Herzegovina, con 23 víctimas mortales. El gasto asciende a 3.500 millones de euros, a los que hay que sumar 500 de cooperación.

Las fuerzas españolas recorrieron 3 millones de kilómetros, realizaron 28.000 de patrullas, llevaron a cabo 1.400 desactivaciones de explosivos y adiestraron a 13.000 militares afganos.

Además de ese despliegue, España participó en tareas de construcción e iniciativas para el desarrollo, por lo que fueron desplazados también guardias civiles, diplomáticos y personal de cooperación internacional. En la provincia de Herat, por ejemplo, los fondos españoles sirvieron para construir la Ruta Lithium, una carretera de 105 kilómetros.

Un máximo de 1.500 efectivos desplegados y tres momentos trágicos

En estos años, España hizo parte de las misiones Enduring Freedom (Libertad Duradera) y, bajo el mando de la OTAN, de la ISAF (Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad) y de la Resolute Support (Apoyo Decisivo). Los primeros 350 militares llegaron a Kabul un 24 de enero de 2002.

Mientras Estados Unidos continuó principalmente con los combates ante la insurgencia, la misión española ofreció apoyo logístico, participó en evacuaciones médicas y gestionó el aeropuerto de Kabul. El número de efectivos en el terreno alcanzó un máximo de 1.500.

Los sucesos más trágicos fueron tres: el accidente del Yak-42, el del helicóptero Cougar y el atentado a la embajada en Kabul. 79 fallecidos del centenar total corresponden a los dos primeros, mientras que dos policías perdieron la vida en el ataque a la legación.

Fluidas con Aznar y más frías con Zapatero, las relaciones con Washington oscilaron con el tiempo ante una presencia militar cada vez menor.

Una retirada progresiva a partir de 2015 coincidiendo con EEUU

A partir de 2015, con la retirada progresiva de las fuerzas occidentales, España redujo su presencia a 500 efectivos que controlaban el aeropuerto de Herat y ofrecían adiestramiento. La participación quedo limitada a 95 en el cuartel general de Kabul a finales de ese año.

En mayo pasado, coincidiendo con la salida anunciada de Estados Unidos, los 24 militares españoles que seguían en el país arriaron la bandera en el aeropuerto Hamid Karzai y fueron recibidos por el rey en la base de Torrejón de Ardoz.

Además de los 100 militares y los dos policías muertos, el saldo de víctimas deja también dos intérpretes que trabajaban para la misión española.

Las fuerzas españolas han sufrido a lo largo de estos años al menos 79 ataques e incidentes armados (el primero en 2006 y el último en 2013), según el recuento de Efe, y muchos de los fallecidos fueron provocados por explosiones de artefactos y minas al paso de convoyes.