En su conferencia de prensa diaria, el portavoz de la agencia federal, Mark Toner, no precisó el número de empleados de la Embajada que regresarán a Estados Unidos, un dato que permanece clasificado "por motivos de seguridad".
Toner tampoco dispone de una "cifra precisa" sobre los estadounidenses que permanecen en Yemen porque, según explicó, la cantidad de personas registrada en la Embajada "no refleja de forma fiel cuántos estadounidenses creemos que puede haber en el país".
No obstante, animó a todos los ciudadanos estadounidenses a "aprovechar" que el aeropuerto de la capital permanece abierto para abandonar el país, y desaconsejó cualquier plan de viaje a la zona.
Toner calificó de "preocupante" la escalada de enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes y miembros de tribus del país, y exigió al Gobierno de Ali Abdalá Saleh que suscriba el acuerdo patrocinado por el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG).
"El presidente Saleh tiene una puerta abierta con la propuesta de CCG. Ha dicho que lo firmaría. Ha repetido una y otra vez que lo firmará. Tiene que cumplir sus compromisos. Es el mejor camino para su país", dijo el portavoz del Departamento de Estado.
El acuerdo del CCG propone la formación de un gobierno de unidad nacional, la cesión del poder al vicepresidente, Abdo Rabo Mansur Hadi, en el plazo de un mes, y la celebración de elecciones dos meses después.
El asesor adjunto de Seguridad Nacional, Ben Rhodes, que acompaña al presidente Barack Obama en su gira por Europa, instó el jueves desde Deauville (Francia) al líder yemení a que firme ese plan.
"Es una cuestión urgente que avancemos hacia un acuerdo que cumpla las aspiraciones del pueblo yemení", dijo Rhodes.
Tras cuatro días de enfrentamientos en Saná que han dejado al menos 85 muertos, el líder tribal yemení Sadeq Abdalá al Ahmar aseguró hoy que ha acordado una tregua con las fuerzas de seguridad del país.