Una pregunta recurrente de todos aquellos que ya superan la cuarentena es "¿dónde estabas tú el día del intento de Golpe de Estado del 23-F?". Ya nos han contado en múltiples ocasiones, y se puede consultar en los libros de historia, dónde estaban las primeras autoridades del Estado en aquel momento, dónde estaban muchos de los todavía políticos en activo y dónde estaba el actual rey Felipe VI (en Zarzuela, junto a su padre). Pero todavía no sabíamos dónde estaba la reina Letizia, hasta hoy.
El que ha desvelado el misterio ha sido su propio padre, Jesús Ortiz, en un hilo publicado en su cuenta de Twitter donde ha contado cómo vivió él mismo las intensas horas del intento fallido de Golpe de Estado de aquel 23 de febrero de 1981: “Llegaba a Oviedo desde Trubia, de hacer alguna entrevista, conduciendo la unidad móvil de RCE y escuchando las votaciones del Congreso. Iba con un compañero al lado, Jaime Roza, creo. Se quedó, nos quedamos, mudos. No sé cuántos minutos tarde en comprender la gravedad del asunto, pero se agolparon imágenes de los relatos, contados por mis padres y abuelos de las represiones de unos y otros del 34 en adelante".
Pero enseguida, recordando las represiones de la guerra y la posguerra, el periodista cae en la cuenta y recuerda el paradero, en ese momento, de sus tres hijas pequeñas: "De repente, algo explota en mi cabeza y lo relaciona: mis tres hijas (9, 8 y 6), estaban en clase del ballet con su madre en el estudio de Marisa Fanjul, local que estaba justo encima de la sede de CC. OO. «¡Jo***! Como a algún descerebrado le dé por liarla...»".
"Pocos sabían que en el piso de encima del sindicato había una escuela de ballet llena de niños, profesores y padres a esas horas. Subí, dije a mi familia que nos marchábamos de ahí a toda prisa y sin preguntar y advertí a la directora de la escuela de mis temores", añade Jesús Ortiz.
Con la seguridad de tener en casa a toda su familia a Jesús Ortiz le tiraba el oficio de periodista y cuenta que intentó salir a contar lo que estaba ocurriendo en Oviedo: "Ya en casa, las cadenas del radio ya televisión empezaban a emitir marchas militares, al menos las de Medios de Estado, donde se encuadraba RCE. Yo quería hacer algo, salir con la Unidad, contar qué pasaba en Oviedo; llamé a mi director, José Luis Pérez Perelétegui. Mi jefe me dijo que tenía órdenes muy claras de no hacer nada, que él estaba en los estudios, en la Calle Asturias, y que estuviera pendiente del teléfono por si acaso. Cabreo: yo quería hacer algo... ¡ya! No fue posible esa noche porque sólo se emitió programación nacional."