Dolores Agenjo fue la única directora que no entregó las llaves para que se votara en su instituto. Ahora jubilada ha contradicho a Artur Mas ante el juez. Dice que recibió presiones y que no fue la única. Hasta cinco llamadas, ha relatado, en las que la Generalitat le pedía las llaves y ella reclamaba una orden por escrito. La orden no llegó y el instituto, en Hospitalet, y permaneció cerrado.