Esmeralda, joven invidente que está sufriendo numerosas dificultades por la ceniza y los destrozos provocados por el volcán de Cumbre Vieja en La Palma
El volcán de La Palma se ha convertido en una pesadilla para muchas personas con alguna discapacidad
Esmeralda, joven invidente, ha relatado a Informativos Telecinco las dificultades que sufre por el volcán
"No me atrevería salir sola en estos momentos", explica Esmeralda
Continuando con su actividad estromboliana, la gran nube de ceniza que mantiene aún inoperativo al aeropuerto es también un calvario para todos los habitantes de la isla. Sobre todo, para los más vulnerables, para los que tienen enfermedades y para quienes lo han perdido todo.
En el caso de las personas enfermas, hay quien necesita trasladarse de La Palma a islas mayores, como Tenerife, para recibir el tratamiento de la enfermedad. Además, al estar el aeropuerto inoperativo por quinto día consecutivo, esos desplazamientos se hacen mucho más largos al tener que hacerlos en barco. A eso se suma, además, la dificultad de conseguir un billete con tanto turista, porque las cancelaciones de los vuelos se confirman de un día para otro, lo que hace que a veces tengan que retrasar sus citas.
No obstante, desde el área de salud de La Palma aseguran que se están quedando sin soluciones y que ningún paciente se está quedando sin tratar.
Esmeralda, joven invidente, relata las dificultades que le ha traído el volcán de La Palma
Para los invidentes, la situación está siendo también especialmente complicada. La lava y la ceniza han transformado todo el entorno y han borrado las que eran sus referencias.
Esmeralda, entrevistada en Informativos Telecinco, ha contado cómo está viviendo la erupción: “Yo me lo imagino como algo grande, algo que tiene que estar por aquí, monstruoso”, describe.
Lleva dos meses escuchando hablar sobre el volcán, oliéndolo y sintiéndolo: “El sonido que transmite es rabia”, lamenta, afirmando que en estos momentos no se atrevería a salir sola “por la cantidad de ceniza”.
“Me están tapando la posibilidad de seguir siendo autónoma”, explica, dando cuenta de los estragos provocados por la ceniza y el volcán.
La ceniza invade Santa Cruz de La Palma
Esmeralda tiene un 2% de visión, lo que le permite distinguir líneas y colores, guías que ahora están sepultadas por un manto negro.
“No distingo ningún tipo de guía, yo veo todo negro”, explica, señalando que necesitaría al menos el brazo de alguien para poder caminar segura.
Su situación la viven muchas personas con alguna discapacidad, a las que el volcán también les ha cambiado la vida.