ERC ya tiene su primera foto mientras Pablo y Pedro se reparten el Gobierno
No llegó a tres horas la primera reunión entre ERC y el PSOE
La abstención de los 13 diputados de ERC posibilitaría la investidura de Sánchez
Les costó darse la mano ante la prensa. Y eso que se sentaban para negociar un Gobierno. Bien es cierto que en el camino, por inusual que parezca, Sánchez y Pablo ya se están repartiendo las carteras del mismo. El deseo de Pablo Iglesias es lograr un Gobierno antes del día 19 de diciembre para que los españoles puedan pasar unas navidades tranquilas sin la sombra de unas nuevas elecciones en el ambiente.
Pero volvamos a la foto de la reunión, que no será la única que exigirá ERC que mandó a capitanear el encuentro a Rufián, el hombre que pone y quita gobiernos y que dijo eso de que Sánchez estaba débil y era buen momento para sentarse con él.
Los negociadores del PSOE y ERC comenzaban pasadas las 17.00 horas de esta tarde la reunión prevista para explorar un acuerdo que permita a los 13 diputados independentistas abstenerse en la investidura de Pedro Sánchez, lo que garantizaría que ésta prosperase en segunda votación, donde tan sólo se necesitan más votos a favor que en contra. Poco menos de tres horas después la reunión ha finalizado.
A diferencia de encuentros anteriores, en esta ocasión la reunión es entre delegaciones más amplias (tres personas por cada partido y no dos) y tiene lugar en dependencias institucionales del edificio Ampliación 3 del Congreso de los Diputados y no en las salas de trabajo reservadas al Grupo Parlamentario Socialista.
La comisión negociadora del PSOE la han compuesto los números dos y tres del partido, Adriana Lastra y José Luis Ábalos, y el secretario de Organización del PSC, Salvador Illa. ERC ha estado representado por el diputado Gabriel Rufián; la portavoz y secretaria general adjunta, Marta Vilalta, y el diputado en el Parlament, Josep María Jové, imputado por su presunto papel en la organización del reférendum del 1-O.
Les ha costado estrecharse la mano
Antes de sentarse en torno a la mesa, las dos delegaciones han posado unos minutos ante la prensa gráfica sin hablar entre ellos. Sólo ante la petición de una fotógrafa para que se estrechasen la mano, Lastra y Rufián, que estaban uno al lado del otro como jefes de delegación se han dado la mano.
Cuando los periodistas han abandonado la sala, han tomado asiento. Lastra y Rufián ocupando como jefes de delegación las sillas centrales. Ábalos, a la izquierda de Lastra, tiene enfrente a Vilalta, mientras que Illa tiene a Jové.
En el Partido Socialista se encara el encuentro con relativo optimismo y, aunque en los últimos días reinaba el escepticismo respecto a poder formar gobierno antes de Navidad, no se tira la toalla ante la posibilidad de conseguir un acuerdo que permita comenzar el año con un nuevo Ejecutivo en plenitud de funciones. Los socialistas no tienen previsto informar en rueda de prensa al término de la reunión, pero sí enviarán un comunicado.
Las exigencias de ERC
Para facilitar la investidura de Sánchez con la abstención de sus 13 diputados, ERC exige el establecimiento de una mesa de negociación entre el Gobierno español y el Govern catalán, de igual a igual, sobre el "conflicto" existente con el Estado.
El PSOE está abierto al diálogo entre los dos gobiernos, pero lo circunscribe a la existente Comisión bilateral Estado-Generalitat prevista en el Estatut y que Sánchez reactivó tras llegar a La Moncloa vía moción de censura.
Los socialistas no rechazan la idea, que aceptaron en febrero pasado en el marco de las negociaciones para aprobar unos nuevos Presupuestos, frustradas finalmente por la actitud de ERC, de establecer una mesa de partidos para explorar posibles soluciones al conflicto con el independentismo catalán.
El Gobierno ve positivo mantener este doble nivel de interlocución --por un lado entre Gobiernos, y por el otro entre partidos-- tal y como se estableció en la polémica Declaración de Pedralbes firmada por el Ejecutivo y el Govern tras la reunión entre Pedro Sánchez y Qium Torra en diciembre del año pasado.
Desde las elecciones del pasado 10 de noviembre, el Ejecutivo de Sánchez ha ido modificando su discurso para acercarse paulatinamente al lenguaje empleado por ERC. Así, de describir la situación en Cataluña como una "crisis de convivencia" durante la precampaña y la campaña, inmediatamente después de los comicios Sánchez ya hablaba de "crisis política" en Cataluña y este jueves Ábalos reconocía la existencia de un "conflicto político" sin llegar a aclarar si el PSOE estaría dispuesto a plasmar esta descripción en un documento.
En la mencionada Declaración de Pedralbes, el Ejecutivo ya admitió la existencia de un "conflicto sobre el futuro de Cataluña".
Y mientras se intenta convencer a ERC se reparten carteras
Poco sorprende ya en un país que no para de ir a elecciones y que anuncia un pacto de Gobierno mientras el Rey está en Cuba. Un pacto con puntos tan generales que cualquiera firmaría como programa. Así que ahora, ya no llama la atención que se hable de carteras antes de tener los votos. Solía ser al revés. Pues bien, mientras Ábalos se sentaba cara a cara con Rufián, que entra ya en cualquier lugar en loor de selfies y multitudes, las negociaciones entre el líder del PSOE, Pedro Sánchez, y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, para definir la composición del futuro Gobierno de coalición se anunciaban ya muy avanzadas, a falta de concretar los últimos flecos.
No solo eso. Los nombres empiezan a sonar aunque algunos como los de Nadia Calviño, María Jesús Montero, Pablo Iglesias, Carmen Calvo, Teresa Ribero o el propio Ábalos parecen fijos. Pero claro, hay que hacer hueco y aunque el mundo económico quiera a Magdalena Valerio en Trabajo, el nombre de Yolanda Díaz de la formación Galicia en Comú suena para ese puesto, donde el reto será derogar la reforma laboral. No quiere hacerlo Calviño ni el propio Sánchez, pero la posición de Iglesias si no lo hace sería escasamente defendible. Aunque ya advirtió a sus fieles que no esperaran un programa de máximos.
Y dado que las distintas formaciones de la coalición morada deben tener representación, es previsible que los 'comunes' --que aportan siete diputados-- dirijan una de las carteras, previsiblemente el Ministerio de Universidades. Si bien se desconoce cuál será el nombre de la persona que lleve esa cartera, fuentes consultadas por Europa Press apuntan a la que ha sido cabeza de lista de En Comú Podem al Senado, Rosa Lluch. La historiadora es hija de Ernest Lluch, ministro de Sanidad del 82 al 86 que fue asesinado por la banda terrorista ETA en 2000, cuando ya estaba retirado de la política.
A los morados se les adjudican ministerios como el de Igualdad, en el que previsiblemente recalaría Irene Montero. Alberto Garzón parece que también tendrá un puesto en el Gabinete.
De esta manera, si finalmente entrara también Garzón, se daría la circunstancia de que una fuerza (IU) del grupo confederal de Unidas Podemos contaría con dos ministerios: el de Yolanda Díaz y el de Alberto Garzón. Si bien, todo apunta a que la cartera de Garzón sería de menor peso, como Juventud o Comercio.
De confirmarse, el organigrama del nuevo Ejecutivo de Sánchez podría tener hasta veinte ministerios gracias a que a los 17 actuales se les sumaría otros de nuevo cuño como Igualdad o Universidades (que podría quedar desgajado de Ciencia).
Pero de momento, lejos de ocuparse de ese encaje, el esfuerzo tanto del PSOE como de Unidas Podemos está en lograr los apoyos necesarios para que la investidura de Sánchez salga adelante, para lo que necesitaría las . Este mismo jueves, Iglesias apelaba a la empatía y al diálogo para asegurarse más 'síes' que 'noes' en el pleno que llevaría a Sánchez de nuevo a Moncloa. Lo cierto es que será Iglesias el que más ases tenga en la manga, y más libertad para convencer a ERC. Ya fue en su día a la cárcel para lograr apoyos. Sabe el líder de Podemos de que hay muchos que prefieren terceras elecciones o la abstención del PP antes que un Gobierno que se teme sean dos. Veremos. Por lo pronto ERC tiene su primera foto e Iglesias sus ministerios. Sánchez, al que los resultados electorales han puesto ahora contra la espada y la pared espera acudir por una vez al Congreso con todo atado y bien atado.