El pacto entre el PSOE y Unidas Podemos para un gobierno de coalición que han firmado este martes el presidente Pedro Sánchez y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, parte con 155 votos en el Congreso y para superar la sesión de investidura necesitaría sumar a otras fuerzas. Una de las posibilidades es el apoyo de PNV, Más País, Partido Regionalista Cántabro, Teruel Existe, Nueva Canarias y BNG más la abstención de los independentistas de ERC.
Según establece la Constitución, para ser investido presidente se necesita mayoría absoluta en una primera votación, es decir, 176 síes, o bien mayoría simple (más votos a favor que en contra) en una segunda.
Esa mayoría absoluta exigiría a PSOE y Unidas Podemos sumar a sus 155 diputados un total de 21 votos, lo cual parece muy improbable ya que se trataría de añadir a formaciones que se han declarado antagónicas entre sí.
A partir de ahí, lo más factible es pensar en la segunda votación, contar con más votos a favor que en contra. Aritméticamente, la opción más sencilla es que el principal grupo de la oposición, el PP con sus 88 diputados (uno de ellos de Foro Asturias), optara por la abstención, aunque esta posibilidad ha sido rechazada tajantemente por la dirección de los 'populares'.
También teóricamente el acuerdo tendría más fácil salir adelante si contara con el apoyo de Ciudadanos, aunque este partido tiene anunciado que no respaldará un acuerdo con Podemos y, por su parte, los 'morados' se declaran incompatibles con los 'naranjas'
Sánchez e Iglesias deberán, por tanto, tejer apoyos para ir sumando en un Congreso fragmentado con casi veintena de partidos, récord de grupos parlamentarios y 21 diputados de doce formaciones distintas en el Grupo Mixto.
A la vista de las posiciones marcadas en campaña, el pacto de PSOE y Unidas Podemos podría recabar el apoyo del diputado de PRC, que ya firmó un acuerdo con Sánchez en mayo; de los tres representantes de Más País y Compromís, proclives a un gobierno progresista; de los siete votos de los nacionalistas del PNV, que no han ocultado su disposición a negociar; del diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, que ya fue socio del PSOE en 2016; y del de Teruel Existe, que quiere facilitar la gobernabilidad.
Con todos ellos ya sumarían 168 escaños, a sólo ocho de la mayoría absoluta, y desde ahí sería factible superar la investidura gracias a la abstención de otras formaciones. Es ahí donde podría entrar el diputado del BNG, que quiere desbloquear la situación y que reclamará compromisos con la agenda gallega; o incluso los trece de ERC y los cinco de EH Bildu. La abstención de Ciudadanos es otra opción, pero resultaría insuficiente si todos los independentistas votan en contra.
A priori, en el 'No' ya están situados los 52 de Vox y los 88 del PP, y todo apunta a que tampoco ayudarían a un Gobierno de PSOE y Podemos los dos diputados de UPN (Navarra Suma) ni la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas. En el voto en contra también se ubica a Junts per Catalunya, al menos así ha sido hasta ahora, así como a la CUP, cuyo lema de campaña es hacer a España "ingobernable".
Todo ellos representan 153 votos, lo que ratifica ese escenario donde la llave la tienen los demás independentistas.