Si ayer veíamos como Cospedal y el excomisario Villarejo se preocupaban porque nadie les viera –Estamos en obras, con el horario de verano, en esta planta solo estamos Mariano y yo y ahora no está”-. Hoy en una segunda entrega de las conversaciones Villarejo le dice a Cospedal “ya sabes dónde estamos” y López del Hierro interviene para proponerle “trabajos puntuales”. El comisario acepta y se preocupa por que le paguen. “Los gastos te los pagaré”, le responde el marido mientras Cospedal le garantiza “discreción”.
Esta conversación se produce el 21 de julio de 2009, justo cuando acaba de saltar el caso Gürtel. Villarejo le cuenta a Cospedal que hay un “pen drive, que es mortal”. La entonces secretaria general del PP preocupada le insiste: “En el famoso pen drive hay de todo” y él le insiste: “Hay mucha chicha, hemos hecho todo lo posible por romperlo”.
El marido de la mano derecha de Mariano Rajoy en Génova es el encargado de gestionar el encuentro. López del Hierro, como él mismo le explica en una conversación al expolicía, le recoge en su coche con los cristales tintados y ambos acceden al garaje de Génova, desde donde suben directos al despacho de Cospedal.
Ese mismo día la secretaria general del PP tuvo una reunión, esta si fue pública con sindicatos policiales.
Ante estas conversaciones, filtradas por el portal Moncloa.com. el nuevo líder del PP, Pablo Casado, guarda silencio. Tanto desde el Gobierno como desde los otros partidos de la oposición le recuerdan el presidente del PP que él pidió la dimisión de la ministra de Justicia, Dolores Delgado, cuando se filtró que asistió a una comida, junto a otros miembros de la carrera judicial, invitada por Villarejo.