Ciudadanos no quiere ser muleta de Pedro Sánchez y quema sus naves en su intento de comandar el centro derecha español. Es la apuesta de Rivera, arriesgada, que se ha olvidado ya del liberalismo socialdemócrata, lo que ha suscitado las críticas de los fundadores del partido, desde Arcadi Espada a Francesc de Carreras que le aconsejan mantener el centro. El fichaje de Valls no solo no logró resultados satisfactorios en Barcelona sino que se ha convertido en un verso suelto que con un discurso firme ensombrece más la figura de Rivera. El líder de Ciudadanos no se fía de Sánchez como este no se fía de Iglesias y así entre unos y otros la posibilidad de nuevas elecciones ha dejado de ser una quimera.
Después de 24 horas aciagas, con las dimisiones de figuras relevantes como Toni Roldán y Javier Nart, Villegas y Arrimadas han salido a la palestra para dejar claro que Ciudadanos no se abstendrá, pese a todas las presiones, de expresidentes incluidos, y que el que no está de acuerdo tiene la puerta libre para salir.
El secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, ha subrayado así este mismo martes que su partido seguirá negándose a facilitar la investidura del líder del PSOE, Pedro Sánchez, como presidente del Gobierno porque así se ha votado mayoritariamente en la Ejecutiva. Por tanto, los representantes de Cs deberán asumir y defender esta postura o, si no se ven capaces, pueden "dar un paso a un lado", ha añadido.
"Los que pierden tienen dos posturas: asumir la votación como propia, porque es la postura que se decide por mayoría, o dar un paso a un lado. Lo que no vale es no asumir las decisiones democráticas de los órganos del partido", ha declarado en distintas entrevistas en radio y televisión. Suena a vieja política, todo hay que decirlo.
Villegas ha insistido en que Sánchez ya ha elegido a sus socios para la investidura, Unidas Podemos y los partidos nacionalistas, y también tiene claro que pretende subir los impuestos y hacer "cesiones" al nacionalismo, unas políticas "antagónicas" a las de Cs que hacen "imposible" llegar a un acuerdo con el PSOE. Algo en lo que también tiene razón visto cómo Sánchez llegó al poder y su acuerdo en Navarra, que Zapatero frenó en su día.
La portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Inés Arrimadas, también ha insistido en su negativa a apoyar un gobierno socialista de Pedro Sánchez y ha quitado hierro a la crisis interna que vive el partido, con la dimisión del exportavoz económico Toni Roldán, asegurando que son los críticos quienes han cambiado su criterio con respecto al mensaje electoral de Ciudadanos, que prometió que no haría presidente a Sánchez.
Arrimadas ha minimizado el conflicto vivido en la ejecutiva de Ciudadanos a cuenta de la política de pactos, entendiendo que "ojalá las crisis fueran por mantener la misma posición". Así ha recordado que el veto a Sánchez salió con unanimidad antes de las elecciones, también con el apoyo de Roldán, y otros críticos como los eurodiputados Luis Garicano y Javier Nart, o el dirigente en Castilla y León, Francisco Igea.
"Hay cuatro personas de una ejecutiva de más de 30 que quieren hacer a Sánchez presidente. En este partido se habla, se debate, se vota y podemos discrepar, pero a Roldán le deseo lo mejor", ha asegurado. Roldán anunció ayer que dejaba su escaño y sus cargos orgánicos por sus discrepancias con Albert Rivera, mientras que Garicano forzó una votación en el seno de la ejecutiva para "revisar la estrategia del partido en relación con la investidura y abrir una vía de negociación con Sánchez" que cosechó cuatro votos a favor y tres abstenciones, de un total de 35 miembros.
"Han pasado cosas que refuerzan la posición que tiene Ciudadanos", ha asegurado al ser preguntada por la decisión de Roldán de abandonar el partido. En este sentido, Arrimadas cree que los pactos "de la infamia" del PSOE en municipios de Cataluña o en la Comunidad Valenciana, Baleares y Navarra, con formaciones nacionalistas, fortalece el veto a Sánchez.
La dirigente de Ciudadanos ha criticado el "teatrillo" y las "lecciones de moral" provenientes del PSOE, ante la crisis en Ciudadanos, y le ha espetado que "sentido de Estado" también tienen quienes no quieren hacer presidente a Sánchez.