Cifuentes y el rancio machismo
No tengo ni idea de si sabía algo, nada, un poco de la trama de corrupción de Francisco Granados. Si alguien tiene pruebas, que las presente.
Esta semana Francisco Granados, un presunto delincuente, pero sobre todo un caradura de libro, ha decidido que para hacer daño a la imagen de Cristina Cifuentes convenía poner el ventilador de mierda, ese tan típico de machistas y de mediocres en España.
Esa práctica tan típica del fanfarrón barriobajero, afortunadamente en vías de extinción en España, pero que tanto daño ha hecho.
Algo así como “vamos a ver si contamos que es una puta y acabamos con su carrera”.
Granados pone en marcha el “difama que algo queda”. Granados en treinta segundos esparce mentiras, medias verdades, que son las que más daño hacen y acusaciones sin pruebas. Gravisimas. Sin pruebas. Granados pone en marcha ese ventilador del machista que, en realidad si ha sido algo alguna vez ha sido gracias a un mujer (en este caso Esperanza Aguirre), y que cree en su ignorancia, que explicando detalles de la vida íntima de una persona, le puede hacer daño en su carrera profesional o política.
Pertenece Granados a esa generación de hombre-macho-alfa que no ha sido capaz de asimilar que las mujeres hacen de su cuerpo un sayo, y que ya no venden los cotilleos de mierda. Porque la mierda les cae encima.
Granados, como tantos otros vive en la pocilga del que no tiene más pruebas que atacar a una mujer por su sexo. Hay que ser ruin para insinuar que Cifuentes estaba donde estaba y ha llegado a donde está gracias a una relación con un hombre… un hombre! Pobre Cifuentes, una mujer por el hecho de serlo no puede llegar a ningún sitio sino se acuesta con un hombre. Y lo peor es que hay quien aún cree que esto funciona.
Hasta ahí podíamos llegar. Cifuentes se ha querellado y ha hecho bien. Y solo espero que los jueces y los fiscales, con tanto celo para algunas cosas, empiecen a tomarse en serio que los ataques al honor de las personas y sus familias no forman parte ni de la libertad de opinión/expresión, ni de un país libre. Nada más lejos de la realidad. Sí, hay límites.
No se puede acusar sin pruebas, los edificios no hablan, las mentiras, los insultos, y las acusaciones veladas que afectan a las personas no es posible que sigan impunes. Granados ataca a Cifuentes por ser mujer. Simplemente por ser mujer. Sin una sola prueba de nada.
Luego se extrañan de que las mujeres estemos hasta las narices de tanto mediocre.
Me too Cristina. Me too.