Del zulo de Ortega Lara al monopatín de Echeverría: el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo abre sus puertas
El centro, situado en Vitoria, busca contextualizar la historia con el más de un millar de testimonios de víctimas del terrorismo
Se rinde homenaje a los 1.453 asesinados y 4.977 heridos por ETA, GRAPO, los GAL y los atentados yihadistas
Los periodistas David Beriain y Roberto Fraile son las últimas dos víctimas del terrorismo, de las 1.453 que reconoce España desde 1980
"Tres metros de largo por dos y medio de ancho. Si mides más de 1,80 te das con la cabeza en el techo", advierten los organizadores. Difícil no sentir agobio y claustrofobia en la réplica del zulo donde el funcionario de prisiones, José Antonio Ortega Lara, pasó 532 días secuestrado.
La réplica de ese cubículo está en el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo (Vitoria) que este martes, tras años de retrasos, abre sus puertas con una intención clara: homenajear a las víctimas del terrorismo y recordar lo que empezaba a olvidarse para que no se repita.
MÁS
800 metros cuadrados, en el antiguo edificio del Banco de España de Vitoria, albergan los testimonios de más de un millar de víctimas. También 225 objetos desde las armas, las pistolas, los detonadores de los grupos armados hasta el monopatín con el que el español Ignacio Echevarría se enfrentó a unos yihadistas en Londres.
De ETA al yihadismo
Porque el Centro abarca todos los terrorismos sufridos en España o por españoles desde 1960. Desde ETA, que ocupa un lugar predominante por su alto número de víctimas, pasando por los GAL, los GRAPO, y el yihadismo.
"Es un memorial y un historial", cuenta a NIUS Raúl López Romo, historiador y comisario del Centro Memorial VT, que argumenta que el sufrimiento de las víctimas necesita un contexto histórico para que "de las huellas más negras" se extraiga una enseñanza: "que no se repita".
Seis salas llenas también de imágenes audiovisuales, desde atentados brutales, como el de la Casa Cuartel de Vic, hasta vídeos de vida cotidiana, como la boda de Gregorio Ordóñez- concejal asesinado por ETA- que las familias de las víctimas han donado. Pero sobre todo impactan las caras de los 34 niños asesinados por el terrorismo: los 21 que mató ETA, los 9 de los atentados yihadistas y los tres que asesinó la extrema derecha.
El recorrido transita por otras salas donde se narra la historia del terrorismo, los discursos de odio- en esa sala las vitrinas exhiben cartas de extorsión, carnéts falsos, bombas- o la sala de la respuesta al terror, dode se homenajea a juristas asesinados y se exhiben trajes de artificieros como homenaje a las fuerzas de seguridad "que acumulan el mayor número de víctimas", recuerda López Romo.
Recordar para que no vuelva a pasar
En definitiva se trata de recordar para que no vuelva a ocurrir. 6 de cada 10 jóvenes no sabía quién era Miguel Angel Blanco (concejal secuestrado y asesinado por ETA en 1997). "El recuerdo debe empezar en las familias y en los centros educativos", afirma López Romo. Costó mucho que la sociedad reaccionara, pero "ahora hay una tendencia a pasar página, a olvidar lo más rápido posible y otra a poner el retrovisor", lamenta Romo.
El Memorial nace al amparo de la Ley de Víctimas del Terrorismo de 2011. Su patronato está formado por representantes del Gobierno central, del vasco, de asociaciones de víctimas y del Congreso y el Senado. La entrada es gratuita, y la reflexión para el visitante es obligada. Se trata de saber qué pasó, porqué y qué podemos hacer para evitarlo.