La erupción del volcán de La Palma, aunque se ha estabilizado. Los tubos volcánicos estarían ayudando a evacuar lava al mar. Sin embargo, la ceniza se está convirtiendo en un problema cada vez mayor. Cae con tanta intensidad que dos compañías han suspendido los vuelos previstos para hoy.
A simple vista parece agua pero lo que cae es ceniza. “Cuando te das cuenta tienes la cabeza llena de ceniza”, cuenta una vecina.
Cubiertos con capuchas y paraguas los vecinos miran con preocupación cómo avanzaba la noche en La Palma por la presencia de la ceniza volcánica. “Se te mete en los ojos y es insoportable. Es como tener siempre piedras dentro”, dice otra persona.
Esas cenizas y la calidad del aire es lo que más inquieta ahora. No cesan las mediciones en los puntos calientes para analizar la toxicidad del ambiente y la dirección del viento.
"Que esa nube se quede muy cerrada y, poco a poco, si no cambian las cosas acabará englobando a toda la isla”, ha explicado nuestra compañera, la meteoróloga Rosalía Fernández.
Esa nube ha obligado a cancelar vuelos de dos compañías aéreas este jueves porque la ceniza va a complicar volar.
El volcán sigue arrojando torrentes de lava pero, ahora, ese magma avanza por tubos lávicos. Conductos que se han formado en el interior de la colada y que hace que su ancho en el exterior no aumente.
Pero la fisura del cono que sólo emite gases podría convertirse en una amenaza. Antonio Casas, profesor de Geodinámica de la Universidad de Zaragoza, ha explicado que debajo de esa fisura hay una presión del magma. De momento no es efusiva pero puede llegar a serlo”.
El volcán sigue vivo y no hay que bajar la guardia, insisten los expertos.