De ser la fuerza más votada en Cataluña en 2017 a ocupar el quinto puesto en las elecciones catalanas del 14 de febrero. Las encuestas pronostican un mal resultado a Ciudadanos, sin embargo, el candidato de la formación naranja, Carlos Carrizosa, no teme que su electorado se decante por el PSC en esta cita electoral. Su prioridad es lograr un gobierno constitucionalista, sumar fuerzas para dar "el carpetazo definitivo" al 'procés' y evitar un tripartito de ERC y el Partido Socialista.
Es la primera vez que Carrizosa se presenta a la presidencia de la Generalitat de Cataluña tras substituir a Lorena Roldán, quien ganó las primarias en 2019. Después de varios años de liderazgo de la líder del partido Inés Arrimadas, el candidato Ciudadanos afronta este desafío con fuerza, dispuesto a volver a representar el bloque constitucionalista y a hacerlo de la mano del PSC y del PP aunque sus pretensiones de de concurrir juntos las elecciones del 14-F no fructificasen. Sin embargo, Carrizosa no se da por vencido y ha encarado esta campaña dispuesto a brindar las veces que haga falta la mano al PSC. Por eso, espera que tras la noche electoral, cuando haya que pactar, el constitucionalismo esté unido, "como lo están los independentistas que saben juntarse para lograr su proyecto de romper España".
Carrizosa atiende a NIUS por teléfono pasadas las siete y media de la tarde, recién terminado el acto de campaña de Ciudadanos del viernes. Reconoce que llevan un "buen tute" y que esta campaña atípica está siendo incierta para todos. A poco días de celebrarse las elecciones al Parlament de Cataluña, el abogado barcelonés contesta a todas nuestras preguntas como ha hecho ya la cabeza de lista de En Comú Podem, Jéssica Albiach, el líder de Vox, Ignacio Garriga y la candidata de la CUP, Dolors Sabater.
PREGUNTA. ¿Cuál sería la primera decisión que tomaría si consigue la presidencia en estas elecciones?
RESPUESTA. Lo primero tendría que ser seguramente relacionado con la pandemia, sobre todo revisar las medidas que se hayan tomado en los sectores del comercio y de la hostelería, revisar la sanidad y proteger a nuestros sanitarios. También iniciar las ayudas a los sectores afectados, a las familias y bajaríamos los impuestos. Esto sería nuestra prioridad en cuanto a las primeras medidas de choque para la sociedad. A la vez, al llegar a la Generalitat haríamos una auditoría de la administración catalana para detectar todos los gastos superfluos posibles, quitar la grasa y conservar el músculo.
P. ¿Cuál es el principal problema de Cataluña?
R. Sin duda la crisis económica derivada de la pandemia que deja a muchísimas personas en paro. Hemos superado los 500.000 parados hace muy poco, tenemos decenas de miles de personas en ERTE, tenemos muy tocados a los autónomos y a las pequeñas y medianas empresas. Es urgentísimo que recuperemos económicamente Cataluña y la reconstruyamos después de las elecciones. Aplicarnos a los problemas sociales de los catalanes es lo prioritario y para ello hemos de apartar el 'procés'.
P. Las últimas encuestas no dan buenos resultados a Ciudadanos. ¿Cree que con la marcha de Arrimadas el proyecto perdió toda su fuerza?
R. No. Yo creo que hay una desafección a la política que seguramente castiga a los grupos más moderados. Los votantes más moderados y menos ideologizados son también los más vulnerables a la frustración con la política y al desapego a la política. Nosotros tenemos buena parte del electorado en ese 34% de indecisos y una abstención alta también puede perjudicar las expectativas de Ciudadanos. Por eso, a nosotros nos interesa mucho que la sociedad catalana constitucionalista se movilice porque es importantísimo para tener un cambio en Cataluña y apostar por la convivencia.
P. ¿Temen que algunos de estos votantes de Ciudadanos que nombra se decanten por el PSC en estas elecciones?
R. Nosotros no tememos que el voto constitucionalista quede en el constitucionalismo. Estamos seguro de que si el voto constitucionalista se moviliza esto va a beneficiar en general a los partidos constitucionalistas. Lo que ocurre es que yo querría que haya movilización y voto a Ciudadanos porque si Ciudadanos está fuerte podemos obligar al Partido Socialista a que no pacte un tripartito con ERC y que pacte un gobierno netamente constitucionalista con Ciudadanos. Esto nos parece básico porque la sociedad catalana el 14 de febrero va a optar por dos camino. Por un lado, un camino que sea el continuismo con un gobierno separatista o un tripartito con ERC. Por otro lado, un camino de de cambio, de convivencia y de abordar los problemas reales. Esa garantía solo se tendrá si está Ciudadanos en la presidencia de la Generalitat de Cataluña.
P. ¿Por qué tiene tan seguro que Illa buscará un tripartito con ERC?
R. Hay varios indicadores y una confirmación. Los indicadores son, por ejemplo, la votación del jueves en el congreso en la que el PSOE votaba a favor de una mesa que llaman de diálogo para hablar sobre la autodeterminación y sobre la amnistía de los políticos presos. Si el partido socialista está pactando un diálogo con el independentismo en el congreso es porque piensan que habrá independentistas en el gobierno catalán, por lo tanto, es que está abriendo la puerta a ERC republicana. También el partido socialista está dando voces desde hace tiempo sobre los indultos, están dispuestos a modificar el código penal y aquí en Cataluña el señor Illa hace señales de humo a los comunes y los comunes las aceptan, se las hacen al señor Illa y además le guiñan el ojo a ERC. Todos estos signos externos indicarían el tripartito.
P. ¿Y la confirmación?
R. Pues lo ha confirmado la ministra y vicepresidenta Carmen Calvo diciendo que ellos tienen la puerta abierta a pactos con ERC y que si se cruzan vetos ERC y el PSOE es porque estamos en campaña, como diciendo que son mentirijillas lícitas en campaña electoral. Por lo tanto, está confirmado. El PSOE ya hizo dos tripartidos con ERC, vamos camino del tercer tripartito. Los anteriores fueron la antesala del 'procés'. Esta vez tendríamos un tercer tripartito de antesala del segundo 'procés', si es que Ciudadanos no sacamos los votos para evitarlo.
P. ¿Y su objetivo de concurrir a las próximas elecciones junto al PSC y el PPC era evitar que los socialistas pactaran en un supuesto caso con ERC?
R. Cuando nosotros pretendíamos una coalición constitucionalista queríamos también conjurar el peligro y la desventaja que tenemos el constitucionalismo en la Ley Electoral Catalana donde el voto en la zona nacionalista vale casi dos veces y media más que el voto en la zona constitucionalista. Por lo tanto, el que concurrieran los partidos constitucionalistas juntos hacía más fácil que un voto constitucionalista se tradujese siempre en escaño y que por lo tanto esa desventaja electoral la pudiéramos afrontar mejor. Pero no pudo ser y en Cataluña es una pena que mientras que el independentismo sí que sabe ir unido y se juntan ERC, JxCat y la CUP, para su proyecto de romper España, en el constitucionalismo siempre estamos desunidos. Es una pena que en Cataluña tengamos tantos problemas para incluir en una coalición al PP, al PSOE y a Ciudadanos. En Europa, por ejemplo, el partido conservador, el socialdemócrata y el liberal están juntos y han alumbrado entre los tres el gobierno de la Unión Europea. No entiendo como en España, en un momento tan grave, de pandemia, no conseguimos hacer esta vía para gobernar. Con una pandemia y un gobierno separatista que nos ha traído la ruina no entiendo por qué no podemos llegar a consensuar un acuerdo para gobernar Cataluña.
P. La noche del 14 de febrero habrá que pactar para gobernar. ¿Tiene una línea roja?
R. Nosotros desearíamos que el gobierno fuera constitucionalista y fuera con el PSC. A partir de ahí, que esta es la idea con la que encaramos la campaña, vamos a tener que ver cuáles son los resultados de las elecciones. Hay que tener claro que en Cataluña nadie va a sacar mayoría absoluta, por lo tanto, el gobierno que resulte siempre va a ser fruto de pactos y acuerdos. De momento, la preferencia sería con el PSC.
P. ¿Apoyarían un gobierno del PSC y los comunes?
R. Esta cuestión no me la planteo porque está claro que la suma potente va a ser Ciudadanos y el Partido Socialista. Por lo tanto, antes me pregunto si ese posible gobierno, que tendría seguro el respaldo de más catalanes, sería apoyado por el resto de los partidos.
P. Los analistas aseguran que son las primeras elecciones en muchos años donde la clave no es el debate independentista. ¿Los catalanes han pasado página del 'procés'?
R. No, yo lo que creo es que el peligro de que se abstenga buena parte de la sociedad catalana menos politizada puede hacer que los radicales saquen un porcentaje de voto mayor. El peligro del 'procés' en absoluto está conjurado porque quienes siguen siendo los jefes de fila de JxCat y ERC son Junqueras y Puigdemont. Por lo tanto, ambos han declarado de abierta forma que lo volverán a hacer, que volverán a hacer una declaración unilateral de independencia y un referéndum. En definitiva, para ellos el 'procés' continúa, por lo tanto, es una garantía de continuidad del 'procés' el que los actuales líderes separatistas tengan una mayoría o vuelvan al gobierno. Cataluña necesita un carpetazo definitivo al 'procés', reconstruir Cataluña y formar un gobierno que piense en todos y no solamente en la mitad independentista de la población, o todavía peor en las diez personas líderes del proceso que nos ha empobrecido y dividido a todos los catalanes durante todos estos años.
P. Por lo tanto, ¿frenar al independentismo sigue siendo vuestra principal motivación para entrar en el Govern?
R. Es una motivación necesaria pero no la principal. Es necesario frenar al independentismo, no al independentismo como idea, pero sí al separatismo que está dispuesto a saltarse las leyes y a implorar los derechos democráticos que pasan por encima de más de la mitad de los catalanes. Es necesario parar a este separatismo, pero la principal motivación de Ciudadanos es conseguir que los catalanes tengan sus libertades respetadas y sobre todo su necesidades para vivir cubiertas. Tenemos que reducir el paro, reducir las listas de espera que ya eran descomunales pero con la pandemia se han vuelto peor, tenemos que cuidar nuestro sistema sanitario que está sufriendo las consecuencias de la mala financiación que ha habido hasta ahora… En definitiva, gestionar, lo contrario que dijo Torra cuando llegó al gobierno, que dijo "no hemos venido aquí a gestionar una autonomía". Lo principal es eso, gestionar Cataluña en favor de los catalanes.
P. ¿Considera que Carles Puigdemont es un exiliado?
R. El señor Puigdemont es un fugado, ha eludido la acción de la justicia escapándose después de cometer graves delitos.
P. ¿Por qué considera que hay que bajar los impuestos a los catalanes?
R. Porque, por ejemplo, las clases medias y trabajadoras en Cataluña son las que más pagan en el tramo autonómico del IRPF. Por qué en Cataluña tenemos unos impuestos propios que gravan las actividades económicas mucho más que en las otras autonomías. Hay que bajar el impuesto de transmisiones patrimoniales que grava el movimiento económico. En esta comunidad autónoma los gobiernos anteriores se han inventado un montón de hechos imponibles nuevos. Por ejemplo, gravan las bebidas azucaradas y en el resto de España no, gravan los vuelos comerciales, los pisos vacíos... un montón de hechos que lastran nuestra actividad económica. Hay que dejar que en vez de que sea la Generalitat quien ponga en circulación ese dinero metiéndole la mano en el bolsillo de los ciudadanos, sean los ciudadanos los que hagan correr el dinero mediante el consumo y creando riqueza e inversiones.
P. ¿Podría cuantificar la inversión que necesita Cataluña?
R. Nosotros hemos calculado el dinero que se gasta indebidamente en partidas absolutamente superfluas. Como por ejemplo, partidas de publicidad institucional, de representación de órganos institucionales, de embajadas en el extranjero, de chiringuitos inútiles que no aprovechan los catalanes, de medios de comunicación públicos que son los más caros de España y que son absolutamente para propagando del gobierno de la Generalitat... Todos estos conceptos ascienden por lo bajo a 900 millones de euros. Una ciudad como Terrassa tiene un presupuesto de 200 millones de euros anuales. Podríamos tener cuatro ciudades como Terrassa en Cataluña en funcionamiento con el dinero que se gasta la Generalitat en mantener los chiringuitos, los enchufados y los gastos superfluos que se gastan en propaganda.
P. ¿Cómo ve Cataluña de aquí a 20 años?
R. La veo mucho mejor si ganamos en las próximas elecciones del 14 de febrero. Con el independentismo no hay que pactar porque el pacto es la continuidad de lo que está pasando aquí en Cataluña desde hace décadas. Hay que cambiar el paradigma y la forma de cambiar el paradigma es ganarles, ganando al independentismo, desmontando todas las redes clientelares del independentismo y cerrando el grifo de dinero que sostiene todo el movimiento independentista. Si esto cambia en 20 años Cataluña volvería a ser líder en la economía española y seríamos otras vez respetados y aceptados en el resto de España. Esa es la Cataluña que a mí me gustaría ver dentro de 20 años y estoy seguro de que no está lejos.
P. Ahora si le parece bien le diré el nombre de cada uno de los candidatos de los principales partidos para que les describa con una o dos palabras.
P. ¿Cómo cree que le ven a usted?
R. ¿Cómo me van a describir? No lo sé, pero quiero pensar que soy constitucionalista posibilista
P. ¿Cuál ha sido para usted el mejor presidente de Cataluña?
R. Josep Tarradellas
P. ¿Va usted en transporte público?
R. Actualmente no
P. ¿Tiene usted hipoteca?
R. No, vivo de alquiler
P. ¿Cuál es la expresión catalana que más le gusta?
R. No es pot dir blat, fins que no sigui al sac, i encara ben lligat
P. ¿Y la castellana?
R. Podría ser la equivalente. No vendas la piel del oso antes de haberlo cazado
P. Elija una película
R. Cadena Perpetua
P. ¿Un equipo de fútbol?
R. El Barça
P. Elija un emoji o emoticono que describa Cataluña en estos momentos
R. El de la estrella.
P. ¿Por qué?
R. Por qué es como un objetivo inalcanzable, como un sueño, como un objetivo a alcanzar, como algo que todavía está alejado.