Rivera a vivir su peor noche política con diferencia. No pensó en ser partido bisagra tras la victoria del PSOE, quiso convertirse en la alternativa al PP, y se dedicó a llamar banda al gobierno de Sánchez. Del mejor resultado de su historia, 57 escaños, pasa a 10 y pierde más de tres millones de votos en todas las direcciones, aunque gran parte a un Vox que es primera fuerza en Murcia, segunda en Andalucía.
Rivera jugó a se presidente y lo pagó caro. Demostró que un partido bisagra nacido para facilitar gobiernos que no lo haced está hundido. Y los españoles se lo han hecho pagar apostando por los extremos. El efecto Cataluña ha logrado que Abascal se convierta en el cúmulo de la frustración.
El PSOE se queda con 124 escaños, Podemos también cae porque se quedaría en 35 escaños. Solo un pacto con Podemos y los independentistas pueden formar Gobierno. Las derechas no pueden gobernar.