Calvo anuncia una última prórroga de la alarma “radicalmente diferente”
Solo Sanidad quedará como “mando único”, como “retén” por si hay un repunte de contagios
La vicepresidenta sugiere que algunas comunidades han enviado a Sanidad datos que “no cuadraban”
El Gobierno trabaja a fondo para sacer adelante una nueva prórroga al estado de alarma, la que espera que sea la última. Al tiempo que negocia con los grupos prepara serios cambios en el formato de esa prórroga, hasta el punto que la vicepresidenta Carmen Calvo ha dicho que va a ser "radicalmente diferente”.
La nueva prórroga “solo pretende acompañar” ha dicho Calvo, dando a entender que el Gobierno va a trasladar el peso de la dirección a las Comunidades, para ahondar en al ‘cogobernanza’ que le reclaman especialmente los partidos y gobiernos autónomos nacionalistas. En este mismo sentido, solo quedará en vigor “una autoridad competente” que será la sanitaria, retirándose esa distinción a los ministros de Interior, Defensa y Transportes que lo habían venido siendo también hasta ahora.
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“La autoridad sanitaria se mantiene como retén por si en algún momento obliga a cortar movilidad”, ha explicado Carmen Calvo para tratar de ilustrar hasta qué punto el ejecutivo central repliega su control absoluto sobre la situación.
La vicepresidenta ha explicado que “España no tiene fronteras internas”, y que en ese sentido “solo el Gobierno puede evitar la movilidad interna, “y queremos seguir así para que toda la desescalada vaya en buena dirección”.
Se mantiene, eso sí, la idea de que la desescalada sea gradual, pero se admite incluso mayor celeridad de la inicialmente prevista. “Propondremos que si avanzan con rapidez (en un territorio), la alarma pueda ser levantada de ese territorio. No tendremos inconveniente en levantarla del territorio que pueda avanzar más”, ha informado Calvo, que comparece este lunes en la Comisión Constitucional del Congreso
Los nacionalistas piden el fin del mando único
A los nacionalistas no les vale, “No puede haber cogobernanza con autoridad única”, se ha quejado Laura Borràs, de JxCat, que acusa al Gobierno de Sánchez de utilizar el artículo 116, el del estado de alarma, “como si fuera el 155”. Reclama una devolución de competencias a las comunidades “que no sea retórica”.
Lo mismo que pide Bildu. O ERC, el partido con el que más empeño se está empleando el Gobierno para conseguir el apoyo. Los republicanos, que ayudaron a Sánchez a llegar al Gobierno, abandonaron aquella mayoría para votar no a la última prórroga. Y ahí siguen. “No hagan trampas si quieren que ERC modifique su opinión y que nos entendamos”, le ha dicho a Calvo la diputada Carolina Telechea. Los republicanos piden “horizontalidad” en las decisiones; ayudas a la conciliación y la recuperación del diálogo para “resolver el conflicto en Cataluña”. La famosa mesa cancelada, en cuarentena también por el coronavirus.
La puerta que tiene cerrada definitivamente el Gobierno es la del PP. Los de Casado pasaron del apoyo a la abstención (muy crítica). Lo próximo será un no. La popular Edurne Uriarte ha repescado palabras que Pedro Sánchez manejó contra Rajoy cuando la crisis del ébola para atacar con ellas a Calvo. Ha hablado de “desgobierno, desvergüenza, desamparo…”. Entonces ha recordado que hubo 2 fallecidos y una enfermera grave. Ahora, 27.650 muertos.
Más crítico aún, el diputado de Vox, José María Sánchez, ha afirmado que el Gobierno ha incurrido en “el abuso y la mentira”. Dice que la pandemia se pudo prevenir y se hizo. En concreto Vox que, según él avisó de lo que se avecinaba. Sánchez se ha mostrado sorprendido de que Calvo haya dicho que cualquiera puede sentirse satisfecho de la reacción del Gobierno. Y ha calificado esa afirmación de “tontería”. Literal.
Cambios legales para o necesitar la alarma
Calvo que en su paso por el Congreso no ha hecho si no constatar las resistencias a las que se enfrenta la próxima prórroga, ha aprovechado la comparecencia para hacer un extenso repaso de cómo se ha enfrentado el Gobierno a la pandemia. Ha defendido la utilidad del estado de alarma; ha explicado que medidas similares se han aplicado en otros países de Europa; y ha afirmado que no ha supuesto ni una recentralización ni un recorte de libertades. "No había ruta, ni precedente ni estrategia", se ha defendido la vicepresidenta, que dice que el Gobierno se ha enfrentado a “una situación ignota” con las medidas políticas “que consideramos oportunas”.
Llegados a este punto -y después de una experiencia que, dice, “no le deseo a nadie”- la vicepresidenta ha reiterado la necesidad de buscar “para el verano o el otoño una fórmula de respuesta que no sea esta excepcionalidad”. Esto es, una reforma legal que ofrezca una herramienta alternativa al estado de alarma. “Que si hay confinamiento que no haya que usar la vía del 116”. Lo justifica en que las leyes de alarma, excepción y sitio son muy antiguas y hay que prepararse “ si ésto va para largo o pasa algo que se le parezca”.
“Los datos no cuadraban”
Al igual que otros miembros del Gobierno, Calvo ha evitado entrar en polémica con la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, singularmente crítica con la gestión de Moncloa. Dice que no hay confrontación con nadie y que “nadie se ha inventado lo de la fase 0’5”. Que lo único que se trata es de aliviar el confinamiento e “intentar salvar vidas, que ya se han perdido bastantes”.
Como ejemplo de ese supuesto rechazo a la polémica, la vicepresidenta ha desvelado que algunas comunidades autónomas han enviado a Sanidad datos “que no cuadraban”, “que no parecían lógicos” y que el Gobierno, por no “enredar” ha optado por mirar a otro lado. No ha dicho que fueran de Madrid, o solo de Madrid. Pero ha utilizado este argumento para responder a la diputada popular Edurne Uriarte. “Fíjese hasta qué punto hemos querido ser discretos”, ha sido su expresión.