Lo que hace unos meses era una calle tranquila, de una sola dirección y con poco tráfico. Ahora se ha convertido en esto. Un eterno atasco, con ruidos, sirenas, y motos que pasan por la acera como si fuera un carril más. Las motos se desesperan por el atasco y lo solucionan escapando por la acera. Esto que ven a todas horas. Riesgo máximo para los peatones que entran y salen de tiendas y portales. Un deporte de riesgo ser vecino ahora de esta calle de Barcelona. Todo esto tiene una explicación. Unas obras cerca que han desviado todo el tráfico por aquí. Hay tres líneas de autobuses que pasan por la calle y un grupo de vecinos desesperados y pidiendo soluciones.