Ocurría hace una semana, la policía gibraltareña encontraba 82 bidones repletos de gasolina en un antiguo túnel militar del Peñón. Gasolina dispuesta para abastecer a los narcos y a los contrabandistas de tabaco. El hallazgo se produce dentro de una operación contra este tipo de delincuentes que va a tener un duro reflejo en las nuevas leyes gibraltareñas al respecto. Gibraltar prepara una revisión de su `Petroleum Act´ y las nuevas penas pueden alcanzar, sí, lo están leyendo bien, la cadena perpetua.
A comienzos de año, ya se modifico esa ley para tipificar como delito la posesión de combustible en grandes cantidades, pero eso no ha disuadido a narcos y contrabandistas. El ministro principal, Fabián Picardo, ha afirmado estar muy preocupado por el aumento de este tipo de delitos y por el gran peligro que pueden suponer para los ciudadanos de la Roca.
El Gobierno gibraltareño advierte que la explosión de un vehículo que transportara 20 de estos bidones podría resultar devastadora y ocasionar la muerte, o graves lesiones a muchas personas. “No vamos a tolerar que la seguridad de nuestros ciudadanos y de nuestras calles se ponga en peligro", ha dicho Picardo, que ha resaltado la relación entre estas acumulaciones y el tráfico de drogas y su firme propósito de combatir el narcotráfico.
Así que, si el proyecto sale adelante, cualquier acumulación de combustible que derive en lesiones graves o en la perdida de vidas humanas, será castigada en Gibraltar con cadena perpetua. Las dureza de las penas se eleva también en todos los supuestos. Un caso `normal´ conllevará una pena de 10 años de prisión, y las multas alcanzarán las 100.000 libras.
En España estas acumulaciones, o transporte de combustible, sólo conllevan por el momento una multa administrativa. La Fiscalía, y las fuerzas de seguridad, estiman que se trata de un pieza básica en los delitos de narcotráfico, y piden que sean castigadas específicamente con penas de prisión.