La Palma sigue luchando contra la destrucción que provocó el volcán de Cumbre Vieja. Tras el ansiado final de la erupción queda una compleja tarea por volver a reanudar la vida donde la lava dejó desolación. En el lugar, además de las miles de viviendas destruidas, algunos edificios públicos también quedaron inutilizados, como el colegio y el parque de bomberos de La Laguna.
Durante días en los que predominaba la angustia entre los palmeros, vimos cómo la colada incandescente que llegó a aquella localidad amenazaba los dos edificios, y finalmente sepultó parte del centro escolar. El parque de bomberos, sin embargo, se salvó in extremis, pero sus efectivos aún no pueden utilizarlo, como han contado a Informativos Telecinco rememorando el momento en que tuvieron que marcharse a la carrera, dejando todo atrás como el resto de los vecinos, por la proximidad de la lava.
Regresando ahora a la que fue su base, hacen balance de daños: “Estamos acercándonos aquí para ver cómo podemos acceder a ella”. “Vimos la lava bastante cerca y había que evacuar y sacar todo lo que pudiéramos en ese momento”, cuenta Roberto Nazco, portavoz de Bomberos de La Palma.
Las instalaciones están ahora cubiertas de ceniza, y en principio operativas, pero sin poder dar servicio por falta de conexión por carretera.
“Pueden tardar a lo mejor un mes o dos meses”, cuenta.
Mientras, en la zona algunos vecinos se afanan en limpiar la ceniza para volver a empezar: “Pienso que el volcán a pesar de todo el daño que ha hecho es una oportunidad para explotar el turismo”, cuenta una mujer que ha recuperado su negocio, basado en unas viviendas de alquiler turístico.
Ahora, intentan empezar de nuevo tras cuatro meses sin ingresos.