Se ha descubierto que los miembros de los CDR que han sido acusados de terrorismo y de tenencia de explosivos podrían haber tenido contacto con un espía ruso experto en sabotajes y miembro de los de una facción desestabilizadora. El titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 de La Audiencia Nacional investiga en diligencias secretas la relación entre ambos grupos.
Conforme detallan los autos de prisión de los siete integrantes del Equipo de Respuesta Táctica (ERT) de los CDR investigados, el 15 de octubre de 2018 se orquestó "una maniobra" en la que "se planteaba el encuentro con una persona que por la reacción de los integrantes al conocer su identidad debía tener un componente peligroso". Todo ello, oculto en la "máxima clandestinidad" de este grupúsculo secesionista radical.
Concretamente, las pesquisas se han centrado en la brigada 29155, una facción del Departamento Central de Inteligencia de Rusia (GRU) que se habría estado desplegando en Europa Occidental durante más de una década con el objetivo de desestabilizar distintos Estados y que podría estar interviniendo en Cataluña, según ha avanzado El País. Uno de los actos que habrían llevado a cabo los integrantes, que opera bajo el pseudónimo de Sergey Vyacheslavovich Fedotov, de esta facción sería el envenenamiento del exespía ruso Sergei Skripal y su hija en el Reino Unido en marzo de 2018.
Este último individuo habría estado antes en Cataluña, entre el 29 de septiembre y el 9 de octubre de 2017, es decir, justo en las fechas dónde tuvo lugar el referéndum ilegal. En las primeras semanas de noviembre se han desvelado conversaciones que apuntan hacia una supuesta conexión entre los secesionistas y el Gobierno ruso en los puntos álgidos del independentismo catalán.
Conforme publicó el New York Times el pasado 8 de octubre en fuentes de inteligencia, la particularidad de la 29155 es precisamente esa, que sus agentes, a diferencia de los que se centran en desestabilizar mediante intoxicación informativa o ataques informáticos, se desplazan hacia y desde países europeos y operan sobre el terreno.
La investigación a cargo de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional, ha seguido la pista de aquellos elementos desestabilizadores rusos en nuestro país que se remontan al año 2014.
Las diligencias, en todo caso, permanecen bajo secreto, pues de las cuatro piezas separadas en las que hasta ahora se articula la causa que se sigue en el Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, sólo una está ya a disposición de defensas y acusaciones y es la número dos, relativa exclusivamente a la investigación que sustentó la detención de los nueve miembros del ERT.