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Franco saldrá de la basílica del Valle en un ataúd sin bandera. A hombros de su familia. Después de haber sido bendecido el féretro por el prior de la abadía, Santiago Cantera, en una ceremonia íntima en el interior de la basílica. El entorno de la tumba estará cubierto por una carpa techada para evitar cualquier imagen del momento en que se levanta la losa.
A la ceremonia han sido invitados 22 familiares del dictador: los nietos, sus respectivos cónyuges y los bisnietos. Pero solo dos de ellos -su nieto Cristóbal y otro aún por decidir- podrán estar en el interior de esa carpa en el momento en que se saquen los restos del lugar donde han estado los últimos 44 años. Además de la ministra de Justicia, dos altos cargos de presidencia, un forense y los operarios de la funeraria.
Los familiares serán recogidos en tres puntos distintos de Madrid y trasladados hasta el Valle, por motivos de seguridad. Tanto ellos como el resto de los asistentes pasarán por un escáner y un arco de metales para evitar que accedan a la basílica con dispositivos de grabación de imagen o audio.
La operación se ha cuidado hasta el último detalle, hasta el punto de que habrá dos helicópteros esperando en la explanada, por si uno de ellos sufriera algún contratiempo. En concreto, dos helicópteros superpuma Cougar del grupo 45, ala 48. "No puede fallar nada", han explicado fuentes del Gobierno, que calculan que la operación costará un máximo de 63.061 euros, dependiendo de complicaciones de última hora.
El traslado vía aérea es la opción A, pero si por causa del viento o la niebla resulta imposible, será por carretera. "El piloto tendrá la última palabra", precisan quienes han diseñado el operativo. Habrá también dos coches fúnebres preparados por si fuera necesario.
El día D es el jueves 24. A las 10:30 está previsto el inicio de los trabajos que, según los técnicos encargados de levantar la losa de 1.500 kilos y forenses, puede llevar una hora aproximadamente. En caso de que el féretro esté en mal estado o el trabajo se complique puede llevar hasta tres.
La tumba está recubierta de hormigón y plomo, protección que se dispuso así para limitar los daños que pudieran causar las corrientes de agua que atraviesan la zona. Los restos están recubiertos por una estructura sellada de zinc. No hay información precisa aún de si el cuerpo del dictador está embalsamado o conservado. La previsión es que la cubierta de zinc que envuelve los restos se mantenga en buen estado y que solo haya que cambiarla a un ataúd nuevo, ante el previsible deterioro del de madera en el que fue enterrado en 1975.
No habrá ningún tipo de comprobación de que la momia es efectivamente de Francisco Franco. En el ejecutivo consideran que de eso ya dio fe el ministro de Justicia, Notario Mayor del Reino en el momento del entierro.
El Gobierno comunicó a la familia el lunes, a las nueve y media de la mañana, el día y hora concretos de la exhumación, de acuerdo al compromiso de anunciárselo con 48 horas de antelación. Entre las peticiones de los herederos que han sido admitidas está que el prior Santiago Cantera bendiga los restos en la basílica en el momento en que los restos sean extraídos. También han pedido que se celebre una misa una vez consumado el traslado a Mingorrubio: la oficiarán el propio abad Cantera y un sacerdote hijo del guardia civil golpista Antonio Tejero.
En el acto de Mingorrubio, y dado que es "una ceremonia privada", la familia podrá usar las banderas y símbolos que crea oportunos. No así en la salida del féretro de la basílica del Valle, porque según Moncloa, se celebra en un espacio "propiedad del Estado y en un acto que viene a dar cumplimiento a una decisión del Gobierno". Aquí, enfatizan fuentes del ejecutivo, "no puede haber ningún enaltecimiento". Ni honores ni bandera.
La ministra de Justicia, Dolores Delgado, en calidad de Notaria Mayor del Reino, será la más alta autoridad del Estado asistente a todas las fases del proceso. También en el helicóptero durante el vuelo de unos 15 minutos de un punto a otro. Con ella estarán los dos cargos ministeriales que han pilotado el proceso: el secretario general de presidencia, Félix Bolaños; el subsecretario de vicepresidencia, Antonio Hidalgo; además de Francisco Franco, nieto del dictador.
El Gobierno ha optado por no ofrecer la identidad del forense, ante las "amenazas graves" de grupos de ultraderecha que han recibido algunos de quienes están trabajando en el operativo.
Tanto el cementerio de Mingorrubio como el panteón en el que está enterrada Carmen Polo y en el que se inhumarán los restos de Franco son de Patrimonio del Estado. Quedan 40 años para que venza el plazo de la concesión y el Gobierno ofreció a la familia acceder a la propiedad a un precio que está tasado. Pero los herederos rechazaron el ofrecimiento, así que seguirá siendo patrimonio público.
En Mingorrubio se han remodelado las puertas y la verja y se ha puesto un sistema de control volumétrico. En total se han gastado 39.000 euros en mejoras para el panteón, de los 61.000 en los que está presupuestada toda la operación.
Los medios de comunicación no podrán acceder a la explanada del Valle. Un pool de televisión española difundirá la imagen de los familiares portando el ataúd desde la basílica hasta el coche fúnebre. Este martes habrá un ensayo general del operativo. La reapertura del monumento, cerrado al público desde el 11 de octubre, se prevé para el próximo martes. Franco ya no estará allí.
Tampoco la losa que ha cubierto su cadáver durante los últimos 44 años. Se trasladará a un deposito del que no se ha revelado el paradero, ajena a ojos del público.