Arrimadas asume errores, dice que no ha sabido explicar las razones de su drástica decisión de romper el Gobierno de Murcia, pero ve tras la situación dramática en Ciudadanos una conspiración. Nada nuevo en el mundo de la política.
La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha asumido este lunes los "errores" que ha cometido su formación, sobre todo a raíz de no haber explicado bien la necesidad de la moción de censura en Murcia, pero ha subrayado que, frente a la operación que, a su juicio, se ha puesto en marcha para "acabar" con la formación naranja, ha querido dar "un paso al frente" y seguirá "firme" defendiendo su proyecto con la Ejecutiva renovada que se ha creado.
En una declaración sin preguntas rodeada de sus compañeros de la dirección, Arrimadas ha reconocido que no han sabido explicar suficientemente bien la "insostenible" situación que se vivía en la Región de Murcia y que les llevó a presentar una moción de censura contra el Gobierno de Fernando López Miras. Se han asumido responsabilidades y el resultado es que dos personas de su "absoluta confianza", Carlos Cuadrado y José María Espejo-Saavedra, han dado "un paso al lado".
"Somos muy buenos socios, pero muy malos cómplices", ha dicho, incidiendo en que Ciudadanos es "un partido incómodo" porque denuncia "la corrupción", venga de donde venga, y poniendo de manifiesto que se ha activado una "operación" para "acabar" con el que, a su juicio, es "el mejor proyecto para España" y que va a seguir liderando.
En su opinión, Ciudadanos es el único partido "limpio" de centro y sigue siendo necesario para evitar que los extremismos condicionen los gobiernos y para seguir tendiendo oyentes a uno y otro lado del tablero político.
Inés Arrimadas ha tratado de zanjar la crisis del partido, reconociendo errores, sobre todo en las comunicación del motivo de la moción con el PSOE en Murcia, ampliando la dirección y restando poder a quienes pilotaban la estrategia, pero no ha contentado a Toní Cantó, que lo deja todo, entre lágrimas y volviendo al cine. Es al menos lo que dicho hoy aunque Ciudadanos cree que se va al PP.
Algunos dirigentes naranjas esperaban que Carlos Cuadrado y José María Espejo fueran apartados del todo, pero se han contentado con que tengan menos poder, aunque sigan en el equipo. Cuadrado, volviéndose a hacer cargo de las finanzas del partido, y Espejo, que se mantiene como secretario general del grupo parlamentario.
Es lo que piensan algunos de los nuevos miembros de la Ejecutiva, como Juan Marín, vicepresidente de Andalucía, "muy satisfecho" porque se ha hecho autocrítica y han salido "reforzados" o de Begoña Villacís, vicealcaldesa de Madrid, también contenta por la ampliación del "núcleo de poder" y porque tanto Cuadrado como Espejo hayan asumido responsabilidades, algo que demandaban ambos.
Cantó sí que no se ha contentado con estos cambios y ha decidido marcharse y algunos piensan, incluido el nuevo portavoz del partido, Edmundo Bal, que es cuestión de tiempo que acabe en el PP, siguiendo el mismo camino que ha tomado el que fuera secretario de Organización con Albert Rivera, Fran Hervías, hasta ahora senador, en el marco de esta operación de los populares para captar a cargos de Ciudadanos.
La marcha de Hervías pese a la traición que supone irse al PP ha sido en parte un respiro para Ciudadanos, según han reconocido varios miembros de la ejecutiva, por ser una persona que maniobraba desde hacía tiempo en contra de los intereses naranjas, pero la salida de Cantó ha dejado un poso muy amargo, aunque tampoco les ha cogido de sorpresa. Llevaba tiempo "desconectado" del proyecto, aseguran algunos, que le reprochan que haya presentado su dimisión a los medios de comunicación, en lugar de haberlo hecho dentro de la ejecutiva, donde según Bal, no ha querido debatir sino imponer sus ideas.
Cantó, que había abandonado la extinta UPYD para militar en Cs, deja ahora la Ejecutiva y su acta en les Corts después de rechazar la oferta de incorporarse a la nueva dirección que le ha hecho Arrimadas, cuya cabeza ha pedido. Precisamente en la comparecencia telemática y sin preguntas que Arrimadas ha hecho al acabar esta reunión, se ha referido a esas personas que están o estaban en Cs "y se han puesto al servicio de otro partido" sin mencionar a ninguno de los que han cambiado el carné naranja por el del PP en los últimos días De momento, han perdido de un plumazo el control en dos de las cuatro comunidades en las que gobernaba con el PP (Madrid y Murcia) y ha roto su relación con Génova.
Con el objetivo de contener esa sangría de fugas y buscar una solución a la crisis tan grave que atraviesa el partido, casi más que la que generó el 10N y la dimisión de Albert Rivera, Arrimadas ha ampliado su equipo (de siete a quince miembros) al sumar, además de a Marín y Villacís, al exvicepresidente madrileño Ignacio Aguado y al coordinador de Aragón, Daniel Pérez, entre otros.
Ha habido unanimidad en defender el proyecto, han asegurado algunas fuentes que estaban en la reunión, y en respaldar el liderazgo de Arrimadas, salvo Cantó, insistiendo en que "sigue habiendo partido" porque es necesaria una fuerza de centro y limpia.
Desde la corriente crítica Renovadores, han insistido en que ellos no se van, que siguen comprometidos con el partido, pero analizarán con sus integrantes los cambios realizados en la ejecutiva para ver si siguen adelante con su exigencia de convocar una Asamblea general o dan una nueva oportunidad a Arrimadas.