El ejemplo de que se puede luchar contra esta pandemia lo tenemos en Carmen, una anciana gallega que lo tenía todo en contra, pero este virus no ha podido con ella, pese a tener 100 años, múltiples patologías y ser una persona dependiente de grado tres.
Carmen ha vuelto a la residencia DomusVi San Lázaro, en la que vive, tras haber superado el coronavirus.
Este "pequeño milagro" se ha producido después de que Carmen fuese diagnosticada por COVID-19 el pasado 23 de marzo en el centro de mayores DomusVi San Lázaro, desde donde fue trasladada al HM La Rosaleda.
La centenaria --que cumple 101 años en agosto-- se ha pasado casi un mes ingresada y este miércoles ha sido dada de alta. Una ambulancia la ha llevado de vuelta a lo que es su casa desde el año 2015, según ha podido saber Europa Press a través de fuentes de este centro. Allí la esperaban una docena de trabajadores, así como agentes de la Policía Local, la Policía Nacional y Protección Civil.
Todos los presentes la han recibido entre aplausos y voces de ánimo, y es que su regreso a las instalaciones de este centro santiagués se han convertido en un "pequeño milagro" para los que conocían su caso, que presenta multipatologías, deterioro cognitivo y una gran dependencia.
A pesar de todos los factores que la convierten en un grupo de riesgo ante esta enfermedad, Carmen se ha curado y ha despertado la "alegría" de todo el personal trabajador, según ha subrayado la directora de la DomusVi San Lázaro, Gloria García Barreiro.
"Ha conseguido superarlo prácticamente asintomática, es increíble", apunta la encargada de la dirección. Además, ha añadido que "fue de las primeras en ser derivadas" y resulta un "orgullo enorme que el primer alta" del centro haya sido esta mujer.
Después de obtener resultados negativos en las dos últimas PCR que se le realizaron a Carmen, ahora pasará un mes aislada en la residencia en la que cuenta con una plaza tutelada por la Fundación Galega para a Tutela de Adultos (Funga) desde hace cinco años.
Para mantener su seguridad, se le aplicará el protocolo "más extremo de todos", explican fuentes del centro. Si por norma general una persona curada tiene que guardar una cuarentena de 14 días, en su caso será un mes hasta volver a la misma planta que el resto de sus compañeros sanos.
Ella se alojará en la tercera planta de esta residencia, en la están las habitaciones individuales y aisladas para atender casos como el suyo. En la misma también se reubicará a una mujer octogenaria que fue derivada al hospital por coronavirus y que también se ha recuperado.
Esta tarde llegará esta paciente curada y será así la segunda persona que regresa a estas instalaciones en las que se han detectado 82 casos de coronavirus que aún permanecen activos, bien en la residencia o bien en el hospital.