Sánchez olvida Cataluña en dos horas de discurso con mucho gasto y caras serias en Podemos
La vicepresidenta ha confesado que no habrá reuniones con Podemos esta tarde
Sánchez hace una apología del gasto pero no especifica de dónde sacará los ingresos
Obvia el problema catalán y promete también cuadrar las cuentas con un ojo en Europa
Si el rostro es el espejo del alma, la cara de Pablo Iglesias ha sido un poema durante todo el d¡scurso de Pedro Sánchez, no entre los suyos que le han aplaudido en más de 30 ocasiones. Dos horas en las que no ha habido una sola mención concreta para solucionar el problema catalán, pese a ser el gran punto de ficción para llegar a un acuerdo con Unidas Podemos por su apuesta por el derecho de autodeterminación y la falta de creencia en la democracia y el miedo a la reacción de Pablo Iglesias ante la sentencia en Cataluña. Sánchez ha dejado para el final su mención a su principal socio, al que ha agradecido la disponibilidad y al que ha animado a apoyar la investidura en pro de lo que los une. Ya ha dejado claro la vicepresidenta al acabar el discurso que esta tarde no se prevén más reuniones. La investidura sigue en el aire.
Así y todo, Sánchez ha centrado su discurso en prometer una segunda gran transformación en el país tras la realizada desde los setenta hasta ahora centrada en seis puntos fundamentales: Desempleo y precariedad, tecnología, discriminación de la mujer, desigualdad social y futuro de Europa. Y a partir de este momento ha desgranado un programa de Gobierno en el que se vislumbra una tendencia clara: más gasto logrando la cuadratura del círculo, pues junto a esas propuestas expansivas ha prometido " sanear la cuentas, reducir el déficit al 2% y la deuda al 95%". No se sabe muy bien cómo lo logrará cuando en su discurso no ha habido mención a subidas de impuestos ni medidas concretas de recaudación, necesarias para poner en marcha sus propuestas.
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El presidente en funciones ha pedido a la oposición lo que él no tuvo en su día con Rajoy: generosidad. Pero antes les ha calificado como la foto de Colón hecha política y les ha identificado con el retroceso y la parálisis, rara forma esta de ganarse su voluntad.
A partir de ahí, Sánchez ha querido poner encima de la mesa sus ideas progresistas apostando por un nuevo estatuto de trabajadores, por retoques, que no derogación de la reforma laboral y por una apuesta clara por la educación (que se llevará con su Gobierno un 5% del PIB y el I+D+Ì que acapararía el 2%. La apuesta por la FP y la ayuda a las familias han centrado parte de su intervención. Sí ha sido categórico a la hora de afirmar que va a derogar la ley mordaza, reformar la legislación para acabar con las manadas y la violencia de género. Ha sido categórico respecto a la lucha contra el cambio climático, y más concretamente con un tema que sabe daña al PP en Madrid: Madrid Central. En este sentido ha advertido que no se va a derogar.
Sánchez ha demostrado su perfil más europeísta, pero no ha hecho guiños a casi ningún partido político. Confía Sánchez en que sus propuestas sean lo suficiente de izquierdas para que Podemos las apoye. Pero lo dicho, la cara de Pablo Iglesias era un poema. Teniendo en cuenta que con PNV llevan dos semanas sin hablar, la investidura está en el aire. Y el problema catalán sorprendentemente en el olvido.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no obstante, ha mostrado su deseo, al término de la primera intervención en la primera sesión del debate de investidura, de llegar a "un acuerdo" con "las fuerzas políticas" para que "España avance". "Yo he expuesto un programa de gobierno y, ahora, a ver si tenemos la capacidad de poder llegar a un acuerdo con las fuerzas políticas para hacer que España tenga Gobierno y avance.