El nuevo líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo descendía por las escaleras mecánicas del Palacio de Congresos de Sevilla junto al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, tras hacer oficial los nombres de la cúpula del partido. La presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, bajaba a pie en paralelo a ellos. Una imagen que refleja perfectamente el juego de alianzas por las que finalmente ha optado el gallego.
Feijóo ha hecho tándem con Moreno, consolidando el poder del barón andaluz en este nuevo PP. El número tres del partido, Elías Bendodo, es la mano derecha del presidente de la Junta que coloca también a su consejero de Hacienda, Juan Bravo, al frente de un área clave como es la económica en tiempos de crisis y cuando lo que se quiere es vender gestión. Es el “eje Andalucía Galicia” del que queda un tanto descolgada la baronesa madrileña, que mira con recelo y en la distancia esta coalición.
De los nueve nombres que coloca Madrid en la dirección del partido sólo cuatro son cien por cien ayusistas, aunque ella los reivindica como propios. El resto marcan perfil al margen de la presidenta madrileña, incluido el único vicesecretario que ha logrado sentar en la sala de máquinas de Génova. Pedro Rollán, el alcalde del PP más votado de España cuando estaba al frente del ayuntamiento de Torrejón de Ardoz, hombre de confianza de Cristina Cifuentes y de Ángel Garrido al que sustituyó como presidente provisional de Madrid tras su marcha a Ciudadanos, quedó relegado tras la llegada de Ayuso a Sol. Ahora lo rescata Feijóo para que se ocupe de la política local y autonómica del partido.
Tampoco pertenecen al círculo de confianza de Isabel Díaz Ayuso la exministra Ana Pastor, que presume de gallega aunque ha nacido en Zamora y ocupa silla por Madrid, ni Manolo Cobo, íntimo de Gallardón y una elección personal del líder gallego, ni el alcalde José Luis Martínez-Almeida a pesar del empeño de Núñez Feijóo de presentarlo como una propuesta de la presidenta madrileña.
Luciendo camiseta con la imagen del torero Manolete, Ayuso insistía ayer en la “ilusión” que le hacía que el alcalde “estuviera ahí”. A nadie se le escapa que lo suyo con Almeida es un matrimonio de conveniencia, con muchas cicatrices aún sin cauterizar tras la guerra fratricida que ha laminado políticamente a Pablo Casado.
“No es la ‘prima donna’ de los presidentes autonómicos que decían algunos medios. Feijóo es el líder indiscutible. Y después Juanma. A continuación sí está ella. Será menos de lo que querrían algunos pero está bien”, explica a NIUS un veterano que vuelve ahora a la primera línea.
Los leales a Isabel Díaz Ayuso no están demasiado contentos con este reparto, esperaban más, pero de momento no van a alzar la voz. De hecho la baronesa madrileña ha estado en el Congreso de entronización de Feijóo inusualmente callada y muy en segundo plano. Para Ayuso lo prioritario es hacerse con las riendas del partido en Madrid antes de emprender nuevas batallas. Feijóo se las va dar y sin entrar en la letra pequeña, coloca a nueve dirigentes madrileños en la dirección, lo que desactiva cualquier queja. De momento.
“Si fueras Ayuso, ¿tú qué preferirías? ¿Un carguito en Génova o tener todo el poder orgánico que te da ser presidenta del PP de Madrid?”, pregunta de forma retórica un dirigente con peso en Madrid.
Casi con toda seguridad la Junta Directiva regional de Madrid convocará su congreso para después de San Isidro. Justo en las mismas fechas que Casado se comprometió con ella. Entonces eso fue un problema -Ayuso quería celebrarlo mucho antes- pero ya no.
Con una cúpula mucho más reducida “aunque susceptible de ser ampliada” y en la que no hay por primera vez en muchos años un vicesecretario de comunicación (Casado lo fue en la época en el PP de Rajoy), Feijóo sitúa como número cuatro del partido a su mano derecha Miguel Tellado. Secretario general de los populares gallegos, ahora estará al frente del área de organización, la pieza clave en el tablero que ha diseñado el flamante líder del PP con el único objetivo de ganarle a Pedro Sánchez las próximas elecciones generales.
Ese es el mensaje que ayer trasladaba de forma nítida a la nueva dirección del partido, con Ayuso sentada en primera fila. Se acabaron las peleas internas de poder. Aquí se está ‘a setas y no a Rolex’.
“Estamos preparados. No para gestionar el PP, que eso se da por sentado. Nuestro objetivo de preparación no es por tanto un problema orgánico. Estamos preparados para gobernar España que es una cosa distinta a gobernar el Partido Popular”, sentenciaba Feijoo dejando claro que en Sevilla se “refunda” un PP que nada tiene que ver con la etapa convulsa de Pablo Casado.
A la salida un veterano con galones lo resumía así. “Volvemos a hacer lo normal. Lo normal es que un partido tenga juventudes y no que las juventudes tengan un partido”.