Por detrás de países como Italia o EEUU, que encabezan el ranking de los Estados que más vehículos oficiales tienen con casi 630.000 y 72.000 unidades, respectivamente, España ocupa la séptima posición entre los países que más coches ponen a disposición de los sus cargos públicos.
Según los datos oficiales a fecha de febrero de 2009, los coches del Estado suman un total de 1098, mientras que el volumen total, incluyendo los automóviles de comunidades y ayuntamientos, sobrepasa la barrera de los 30.000.
Por comunidades, la Junta de Andalucía es una de las que más vehículos dispone para sus autoridades, con un total de 299.
Tijeretazos autonómicos
Sin embargo, en el esfuerzo comunitario para reducir el déficit público y como ejemplo de austeridad otras regiones como Madrid o Málaga han anunciado ajustes y rebajas en este tipo de privilegios.
Así, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha confirmado una reducción de hasta el 30% en la utilización de los vehículos oficiales al pasar de unos 150 a sólo 96. Este ajuste, según se anunció, supone un recorte de unos dos millones de euros para las arcas autonómicas.
De esta manera, sólo los consejeros de Gobierno madrileño son los que disponen de vehículo, mientras que para los viceconsejeros y directores generales (que hasta ahora sí que gozaban de ellos) han pasado a tener "coches de incidencia", es decir, sólo para cuando se solicita expresamente.
Por su parte, el ayuntamiento de Málaga también ha contribuido al esfuerzo por tener unos presupuestos más austeros al reducir de 23 a 8 los vehículos para sus autoridades.
Un derecho no para todos los diputados
En el Congreso no sólo su presidente, José Bono, tiene derecho a este tipo de coches. Tanto los portavoces parlamentarios, como José Antonio Alonso (PSOE), o Soraya Sáenz de Santamaría (PP), como los presidentes de las comisiones, como Alfonso Guerra o Gaspar Llamazares, así como el resto de los integrantes de la Mesa, disponen de estos vehículos.
La razón principal, la seguridad
Pese a todo, una de las principales razones que justifica la necesidad del mantenimiento e implantación de este tipo de coches es la seguridad. Los vehículos de las personalidades deben hacer frente a posibles ataques o, incluso, atentados terroristas. EPF
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