Tras el escrutinio del 96,1% de las urnas en la capital brasileña, Queiroz, del Partido de los Trabajadores (PT), obtenía el 66,27% de los votos válidos, casi el doble del 33,73% conseguido Weslian Roriz, del Partido Social Cristiano (PSC), según el Tribunal Superior Electoral (TSE).
Brasilia fue una de las nueve unidades federales de Brasil en la que los electores volvieron hoy a las urnas para elegir su gobernador debido a que ninguno de los candidatos obtuvo más de la mitad de los votos en la primera vuelta, celebrada el 3 de octubre, como ocurrió también con las presidenciales.
Los gobernadores de los otros 18 estados brasileños fueron elegidos en la primera vuelta.
La victoria de Queiroz eleva a cinco el número de estados que serán gobernados a partir del 1 de enero próximo por el PT, el partido de Lula y que postuló a la Presidencia del país a la ex ministra Dilma Rousseff, la favorita para vencer hoy en segunda vuelta las presidenciales.
Queiroz, que obtuvo el 48,4% de los votos válidos en la primera vuelta, era el favorito para vencer a Roriz, una desconocida, sin experiencia política y que fue convertida en candidata a última hora por su propio marido, el ex gobernador de Brasilia Joaquim Roriz.
Joaquim Roriz, protagonista de varios escándalos de corrupción, era el candidato del PSC pero renunció a la aspiración y dejó en el lugar a su esposa debido a que fue inhabilitado por una ley aprobada este año, que impide que disputen las elecciones los candidatos condenados por jueces de segunda instancia.
El cambio de candidato a última hora impidió incluso que las autoridades electorales sustituyeran la fotografía de Joaquim Roriz en las urnas electrónicas en la primera vuelta.
La elección del ex ministro de Deportes como gobernador de Brasilia pone fin a la crisis institucional que vive la capital brasileña desde finales del año pasado, cuando el entonces gobernador, José Roberto Arruda, aliado y ex colaborador de Roriz, renunció al mandato acosado por un escándalo de corrupción.
Arruda fue sustituido inicialmente por su vicegobernador, Paulo Octavio Alves, que también tuvo que renunciar al cargo por un escándalo que salpicó a varios diputados de la Cámara Legislativa del Distrito Federal, en su mayoría aliados de Roriz.
La crisis en el gobierno de la capital brasileña comenzó a finales de noviembre pasado con la divulgación de varios vídeos en los que aparecían Arruda, algunos de sus colaboradores y diputados regionales repartiéndose gruesos fajos de dinero.