Los operarios han colocado esta madrugada unos quince metros de moqueta, aproximadamente un tercio de la longitud de la parte central de la pasarela, unos trabajos que se han interrumpido por la lluvia y que continuarán la noche de hoy.
Varios de los usuarios que cruzaban esta mañana por la pasarela han dicho a EFE que estaban muy contentos con la nueva alfombra, que les da "mucha seguridad".
La pasarela, de 74 metros de longitud y 4 de anchura, situada en el centro de Bilbao y que permite salvar la ría a los peatones, ha sido objeto de polémicas desde su construcción, que culminó en 1997 y tuvo un coste de algo más de tres millones de euros.
Estas polémicas se han debido a los citados patinazos de vecinos al cruzarla, a la rotura de las losetas del suelo y al añadido que realizó el Ayuntamiento para salvar el desnivel con la zona del Ensanche, una parte agregada a la pasarela a la que se opuso su diseñador, Santiago Calatrava, y que suscitó un pleito en los tribunales que acabó con una indemnización de 30.000 euros para el arquitecto valenciano.