La Policía Nacional ha detenido en Elche, Alicante, a cuatro menores de edad en una operación contra el terrorismo yihadista. Fueron arrestados el pasado 19 de diciembre ante el riesgo de que cometiesen algún atentado en las fiestas navideñas, según ha adelantado El Confidencial y ha confirmado Europa Press.
Los cuatro menores estaban bajo el radar de las fuerzas de seguridad. Entre sus objetivos estaba la Basílica de Santa María de Elche, Alicante.
Los cuatro fueron internados en el centro de menores Teresa de Calcuta de la Comunidad de Madrid por orden de la Audiencia Nacional a instancias de la Fiscalía. Allí permanecerán en régimen cerrado mientras avanza la investigación o son juzgados, señala el citado diario.
El caso está bajo secreto de sumario. La Policía y la Fiscalía sospechan que los detenidos tenían otros posibles objetivos en la zona, afirma El Confidencial. A pesar de que se les acusa de delitos de terrorismo, serán procesados dentro de las directrices de la Ley del Menor.
Con el arresto de estos cuatro menor el balance de presuntos yihadistas detenidos este 2024 es de 81, según fuentes del Ministerio del Interior, la tercera cifra más alta de la historia en nuestros país sólo superada hace 20 años cuando se produjeron los atentados del 11-M.
Unas detenciones que con los años han ido incrementándose y con ellas la alerta en las administraciones. El auge del radicalismo islamista entre los menores bebe, apuntan los expertos, de la propaganda yihadista en internet.
Los menores son nativos digitales, por tanto el ámbito al que llegan son a esos menores, adolescentes, sin estudios, con situaciones familiares inestables que los radicales reclutan en plataformas estratégicas.
En foros privados, ya sea redes sociales, sobre todo en las aplicaciones de mensajería instantánea y también en videojuegos.
Les incitan a consumir propaganda que exacerbe su “victimización" contra un Estado que claman injusto con los musulmanes y ello les lleve a cometer atentados sin apenas presupuesto y con una escasa planificación.
Es lo que se llama yihadismo low cost. Matar al máximo de personas con los mínimos medios, una de las principales amenazas que los cuerpos policiales tratan cada día de vigilar de cerca.
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