José Luis Ábalos ha llegado al Tribunal Supremo sonriente y en medio de una gran expectación mediática. Este miércoles ya era el centro de atención de los periodistas en el Congreso. Dijo que está preparado y con ganas de declarar y defenderse de las acusaciones contra él vertidas por Víctor de Aldama.
El ex ministro de Transportes declara por primera vez ante un juez como investigado por su presunta implicación en el caso Koldo tras las acusaciones de cobro de comisiones. Ábalos ha llegado al alto tribunal en taxi, rodeado de una gran expectación mediática y medidas de seguridad, con agentes que custodiaban la zona de acceso a la sede judicial unas horas antes de su cita.
Sin hacer declaraciones, el ex secretario de Organización del PSOE ha entrado en el Supremo unos 20 minutos antes de su citación en una causa en la que se investigan delitos como presunta organización criminal, cohecho, tráfico de influencias y malversación, que estalló con la detención de su máximo asesor, Koldo García, y supuso su alejamiento del PSOE.
Los indicios que apuntan a que pudo tener un "papel principal" en el caso Koldo, según el magistrado que inició la investigación.
Ábalos arranca así el turno de las declaraciones en el Supremo, si bien su estrategia pasaba por declarar tras De Aldama y su exasesor, Koldo García, para poder conocer sus declaraciones y responder en consecuencia, especialmente al primero.
Fuentes jurídicas explican a EFE que la intención del exministro es contestar a todas las partes y eso implica al PP, que será quien pregunte en nombre de las siete acusaciones populares. Este escenario anticipa ya que el interrogatorio será largo.
Ábalos ha negado hasta el momento todas las acusaciones, pero nunca se ha sentado ante un juez a declarar sobre los indicios "fundados y serios" de que pudo tener un papel principal en el caso, como sospecha el magistrado que inició la investigación.
Este miércoles dijo que afronta "tranquilo" su declaración judicial e insistió en que "no hay nada" en su contra. "Tengo muchas ganas de hablar, ojalá lo hubiera conseguido antes".
En cuanto a su papel en el caso, la Fiscalía ve difícil entender la operativa desarrollada por Koldo y De Aldama en la supuesta trama de comisiones en contratos públicos de mascarillas y material sanitario durante la pandemia, sin la participación de Ábalos.
Una intervención que cree que se le retribuyó con el uso y disfrute de un chalé en la provincia de Cádiz -aunque De Aldama dijo que Ábalos abonó tres o cuatro meses de renta-, o el pago del alquiler de un piso para una mujer con la que tenía una relación.
En su interrogatorio también podría emerger un apunte hallado en un documento de De Aldama. "El Gran" y "2.000 euros" que, según el empresario, aludiría al exministro y a la comisión que le habría pedido.
Pero, además, deberá encarar con probabilidad las últimas acusaciones de este empresario, que dice disponer de una relación de obra pública preadjudicada con Transportes y, para apoyarlo, ha aportado un anexo de los Presupuestos Generales del Estado de 2021 con anotaciones que, según él, podrían ser de Ábalos o su exasesor, aunque no puede asegurarlo.
Y también habló de una supuesta operación por la que Ábalos adquiriría, sin contraprestación, un piso en el Paseo de la Castellana, en Madrid, como garantía del cumplimiento del compromiso de varias constructoras de pagar comisiones si eran adjudicatarias de contratos preadjudicados, aunque dijo que el exministro no llegó a ocupar el inmueble.
José Luis Ábalos, aunque intentó a última hora retrasar su comparecencia ante el juez finalmente acude voluntariamente.
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