Vladmir Putin pudo liberar a 8 presos en el canje histórico con Estados Unidos y entre ellos, eligió al español Pablo García, detenido por espionaje cuando trabajaba como periodista en la guerra de Ucrania. Esta noche les hemos visto juntos en la recepción del Kremlin. Les ha dicho que ni durante un minuto la patria rusa se olvidó de ellos y les ha prometido a todos premios estatales. Su mujer, por el contrario asegura que el saludo fue un momento "incómodo". Informan Xavier Colás, Rubén Enebral y Óscar Arnáiz
El presidente ruso da la mano a Pablo González nada más bajar del avión. Un saludo menos afectuoso que con otros de los prisioneros liberados. El español se mantiene en un segundo plano durante el discurso de bienvenida del presidente ruso.
González trabajaba como periodista especializado en Europa del Este y el Cáucaso. Ha estado preso dos años y medio en Polonia, acusado de espiar para el Kremlin. Algo que afirmaba en esta entrevista el jefe de los servicios secretos británicos.
Nacido en Moscú como Pavel Rubtsov, tiene doble nacionalidad y su familia vive en la localidad vizcaína de Gernika. Desde el País Vascio, Oihana Goiriena lamenta que no haya podido defenderse en un juicio y compara el apretón de mano entre Pablo González y Vladimir Putin al pie de la escalerilla del avión en el aeropuerto de Moscó como un momento "incómodo": "Se pareció mucho al de Carvajal con Pedro Sánchez".
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