Francisco Nicolás Gómez Iglesias, conocido como el pequeño Nicolás, ha asegurado en el juicio en el que se le acusa de agredir a un empleado de un restaurante en 2019 que ni le golpeó ni le cortó con un cuchillo.
Sin embargo, ha afirmado que él sí fue expulsado a golpes del local junto a un amigo, una versión que ha avalado este allegado pero que contrasta con la que han dado los empleados del local.
El Juzgado de lo Penal número 14 de Madrid ha celebrado este miércoles el juicio a Gómez Iglesias y a un amigo suyo por los hechos ocurridos el 19 de noviembre de 2019 en el restaurante Tepizzare de la calle Orense, donde el pequeño Nicolás presuntamente agredió a un trabajador y su allegado se resistió a ser detenido por la Policía y causó lesiones a un agente.
La Fiscalía acusa a Gómez Iglesias de un delito menos grave de lesiones y pide para él un año y nueve meses de prisión, mientras que a Rubén D.C. le imputa un delito de resistencia y un delito leve de lesiones por el que pide para él diez meses de cárcel y multa.
El pequeño Nicolás ha explicado que algún empleado del bar le robó el móvil y por eso él recriminó a una camarera, momento en el que se le escurrió un vaso de agua de la mano y parecieron dos empleados del interior del local y le intimidaron, por lo que instintivamente cogió un cuchillo de la mesa, que un trabajador le arrebató rápidamente: "lo cojo y me lo quitan", ha explicado.
Ha negado que él amenazara a nadie, ni golpeara en la cabeza al empleado ni le intentara cortar con el cuchillo, sino que le sacaron "a golpes" del local y él mismo llamó al 112.
Gómez Iglesias ha destacado que lleva "toda la instrucción" pidiendo que se incorporen a la causa las cámaras de seguridad del restaurante, ya que en el atestado policial se especifica que las había, pero nunca se han podido ver en el juzgado y esto a él le impide defenderse adecuadamente.
"Llevo cinco en una situación en la que se ha dicho que yo iba a apuñalar, y soy inocente", ha asegurado.
Su amigo, Rubén D.C., ha explicado que no pudo ver el momento en el que el Pequeño Nicolás cogió el cuchillo porque estaba detrás, pero sí que su amigo "salió por la puerta siendo golpeado" por un trabajador que luego se cayó.
Sobre la acusación que pesa sobre él, este procesado ha negado que pegara a ningún policía ni se resistiese a ser arrestado, sino que fue un agente el que no le permitió irse tras declarar, mantuvo una actitud "verbalmente violenta" hacia él, y acabó dándole una patada en la rodilla, tirándole al suelo y esposándole.
El trabajador que resultó herido con el cuchillo ha relatado que él era cocinero y una compañera le dijo que dos jóvenes no querían pagar y uno aseguraba que había perdido un teléfono, motivo por el que discutían y él salió a mediar, momento en el que Francisco Nicolás Gómez Iglesias le golpeó en la parte izquierda de la cara.
Además el acusado cogió un cuchillo e hizo "un gesto de pinchar" y le cortó en la mano.
Tres empleados han corroborado el inicio de la discusión y que Gómez Iglesias cogió un cuchillo con el que cortó en la mano a su compañero, sin que ellos le agrediesen, aunque han diferido en cómo transcurrieron los hechos y en si había cámaras grabando en ese momento.
La fiscal ha mantenido al acusación contra ambos al considerar acreditado que Gómez Iglesias dejó el móvil en una barra pero creyó que se lo habían robado, y en el momento en el que un trabajador se lo entregó tiró un vaso al suelo, cogió un cuchillo de la mesa y entonces un cocinero reaccionó sujetando el cuchillo "y se cortó por su propia inercia".
Ha añadido que esta lesión es atribuible al Pequeño Nicolás, dado que "si no hubiera habido cuchillo no hubiera habido lesiones", y ha considerado que la versión de los trabajadores deja claro el delito, aunque no haya grabaciones ni hayan declarado los agentes que intervinieron "por un error de transcripción".
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