Pedro Sanchez anunciaba que se queda, que todo sigue igual, pocos minutos después de las 11:00 horas de la mañana de este lunes en una comparecencia desde Moncloa sin preguntas y sin presencia de los medios de comunicación. Anunciaba así el desenlace tras casi cinco días de retiro y reflexión. No obstante, minutos antes de esa comparecencia, todo parecía indicar lo contrario.
El líder del Ejecutivo había convocado a la vicepresidenta María Jesús Montero y a Santos Cerdán y había pedido a todo el personal de Moncloa que también estuviera con él en ese momento. Según informa Iñaki Aguado, lo que no se ha visto es cómo el dirigente ha llevado la incertidumbre hasta ese momento de dar a conocer su decisión. Solo media hora antes ha comunicado esa decisión a su núcleo duro.
Cuando ha dicho que seguía, se han escuchado gritos de alegría que venían del interior del Palacio de la Moncloa. Eran miembros de su equipo y trabajadores del complejo de la Moncloa a los que Sánchez había convocado para los momentos inmediatamente posteriores a su comparecencia. Después, Sánchez ha mantenido varias reuniones. Una de ellas, muy importante con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, con quien ha analizado la situación. En el exterior del complejo, los miembros del equipo de Sánchez han salido con otra cara.
Se preguntó si merecía la pena seguir y el presidente del Gobierno arrancaba su comparecencia contestando a esa pregunta. "Si aceptamos todos como sociedad que la acción política permite el ataque indiscriminado a personas inocentes, entonces no merece la pena".
Pedro Sánchez elaboraba su relato con una sucesión de disyuntivas sobre qué significaría su marcha. Incide -además- en el sufrimiento familiar. "Por muy alto que sea, no hay honor que justifique el sufrimiento injusto de las personas que uno más quiere y respeta". El presidente ha querido lanzar dos mensajes; que esto no ha sido tacticismo -"Sé que la carta pudo desconcertar porque no obedece a ningún cálculo político, y es cierto"- y que la movilización socialista en estos días ha tenido influencia -"Gracias a esa movilización social que ha influido en mi reflexión"-.
Seis minutos después de ponerse delante del atril, anunciaba que sigue al frente de Moncloa y advierte: "Esta decisión no supone un punto y seguido, es un punto y a parte. Se lo garantizo". No explica el presidente si va a tomar alguna medida concreta tras este anuncio, pero sí llama a la movilización: "Que la mayoría social, como ha hecho estos cinco días, se movilice en una apuesta decidida por la dignidad y el sentido común".
El dirigente socialista habla de un rechazo colectivo más allá de las ideologías. "Poner fin a este fango de la única manera posible: con el rechazo colectivo, sereno, democrático, más allá de las siglas y de las ideologías que yo me comprometo a liderar con firmeza como presidente del Gobierno de España". Comparecencia en la escalinata de la Moncloa, sin la presencia de periodistas donde se colababa lo que parecía un grito de alegría por la decisión del presidente.
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