El PSOE y el Gobierno, en vilo
50 horas después de la carta del presidente queda claro que el contacto con su entorno se ha recudido al mínimo. La prueba es que nadie, ni siquiera los más cercanos en el Gobierno, saben qué puede ocurrir. El discurso común se centra en arropar al líder en su momento de reflexión interna. Desean que se quede, pero nadie tiene certezas.
Completamente apartado de la vida pública pero trabajando, dicen en el Gobierno, eso es lo que dice Bolaños "Por eso seguimos teniendo contacto, porque por supuesto que está trabajando". La desconexión del presidente incluye intercambio de mensajes como con Espadas: "Sí, nos hemos intercambiado mensajes, en este caso de cariño... y sin más".
Llamadas, como la que revela el presidente brasileño Lula da Silva para darle ánimos, y sobre todo, aislamiento familiar en el Palacio de la Moncloa. Como dice Lastra, "creo que está aislado, rodeado de su familia y reflexionando. Y la decisión que tiene que tomar es una decisión estrictamente personal"
Los detalles, la información de lo que acontece en la cabeza de Pedro Sánchez, es prácticamente nula y el socialismo se centra en la reivindicación de su líder como dice Oscar Puente: "Me sorprende, ¿no? Porque lo sorprendente es que haya aguantado tanto".
Gobierno y PSOE señalan a la oposición y hablan de un deterioro democrático con Marlaska, "en lo que está cayendo la política en nuestro país para detrimento, sin duda, de la democracia" y Patxi López a la cabeza. "Lo que están haciendo es ensuciar y atacar a nuestra democracia, a nuestro sistema político y por tanto al conjunto de la sociedad española" La conjura en su partido es total. Y Zapatero, siempre tan partidario de tensionar en época electoral como le confesó a Gabilondo remata y llama a movilizarse: "El daño que hace el odio, la ira, las acusaciones falsas...". La incertidumbre y el desconcierto, también.