El ‘no’ de Junts a la ley de amnistía durante la votación en el Pleno extraordinario de ayer en el Congreso obliga al Gobierno de coalición a retomar las negociaciones. El bloque independentista y el PSOE vuelven a entablar conversaciones y, pese a que ambos se mantienen sin ceder en sus posturas, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ve margen para negociar.
En el actual marco parlamentario, la tensión política es casi palpable. Los rostros serios predominan en el Gobierno de coalición, sabedor de que este escenario puede complicar la legislatura si no se reconduce. Por eso, y con el plazo para renegociar la amnistía reducido de un mes a 15 días, no renuncian a desbloquear la situación, aunque el mensaje es conciso y claro: la ley es “impecable”.
Así lo subrayan frente a las demandas de Junts, que insiste en que el terrorismo y la traición queden fuera del texto, desechando una “amnistía selectiva” y declarando que no es eso lo que firmaron.
Los de Carlos Puidemont, tajantes y redoblando la presión, subrayan que no van a aceptar otra cosa que aquello que exigen: una “amnistía integral y de aplicación inmediata” que blindaría al propio expresidente de la Generalitat, entre otros.
De lo contrario, y apuntando directamente a la estabilidad del Gobierno, amenazando con romper el pacto adquirido inicialmente, aseguran que no habrá acuerdo.
En este contexto, las conversaciones entre ambas partes empezaron ayer mismo, pero la posición del Gobierno, hoy, también parece inflexible. El Ejecutivo reitera que esa ley que entró en el Congreso de los Diputados es impecable, absolutamente constitucional y conforme al derecho europeo; una ley que se va a mantener así.
En el otro lado, los independentistas de Junts insisten en que el texto actual no cumple lo pactado y subrayan que, si cae la ley, cae su apoyo al Gobierno.
“La que está redactada no la podemos votar porque deja mucha gente fuera”, ha dicho hoy el secretario general de Junts, Jordi Turull.
Así las cosas, la situación no hace sino augurar unos 15 días de negociación muy complejos por delante. Por el lado socialista dan por consumido el margen de cesiones, y exigen ahora un paso a Carles Puigdemont.
“Parece que están dispuestos a perderlo todo con tal de mantener su posición”, ha denunciado Óscar Puente, ministro de Transportes, mientras María Jesús Montero, vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, ha apuntado: "Yo diría que margen para negociar tiene que haber siempre. Quiero decir que, por supuesto, cuando transcurre tiempo y hay una voluntad clara de diálogo por ambas partes, pues siempre hay condiciones para poder seguir incorporando cuestiones que, como siempre dijimos, tenían que ver con mejoras técnicas".
Por su parte, desde ERC, espectador en este desencuentro, hacen un llamamiento: “La ley de amnistía es necesaria y no debe ser puesta en riesgo”, ha dicho Pere Aragonès, presidente de la Generalitat.
Mientras tanto, el ‘no’ de Junts devuelve las negociaciones al punto de partida; a la búsqueda de un equilibrio entre una ley que no deje grietas por las que Carles Puigdemont pueda ser juzgado y, a la vez, que pase los filtros del Tribunal Constitucional y la Unión Europea.
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