Un detenido en Melilla en una operación contra el terrorismo yihadista que fue condenado en 2018 por reclutar terroristas
Mustafá Maya Amaya ya fue arrestado en Melilla en 2014 y condenado cuatro años más tarde por reclutar y enviar combatientes a Siria, Libia o Mali
El juez envía a prisión los cuatro yihadistas detenidos en Málaga y Melilla
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El hombre detenido este lunes en Melilla en una operación de la Policía Nacional contra el terrorismo yihadista es Mustafá Maya Amaya, un converso español de origen belga que fue condenado en 2018 a ocho año de prisión por liderar una red radicada en la ciudad autónoma que reclutaba a terroristas.
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Mustafá Maya Amaya ya fue arretasdo anteriormente en Melilla en 2014
Fuentes próximas a la investigación han indicado a EFE que los agentes de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional han detenido a Maya nueve años después de arrestarle también en Melilla junto con otro cinco yihadistas que integraban una red dedicada a reclutar y enviar combatientes a Siria, Libia o Mali.
Actualmente estaba en libertad tras haber cumplido la condena de ocho años que le impuso en 2018 la Audiencia Nacional después de haber llegado a un acuerdo de conformidad con la Fiscalía por el que confesó que ayudó a enviar combatientes a Siria, Libia o Mali para "hacer la yihad".
En su sentencia, los jueces calificaron a Maya Amaya como el "promotor, director y coordinador" de "una de las mayores redes de captación y envío de radicales para su incorporación a organizaciones terroristas de corte yihadista" que realizó "una incesante labor" desde 2012 "nutriendo a otras organizaciones" como el Estado Islámico o Jabhat Al Nusra.
El acusado, un melillense de mediana edad con una discapacidad que le obliga a ir en silla de ruedas, estaba en "permanente comunicación" con otros musulmanes europeos "a los que captaba por Internet para su desplazamiento" a países como Siria, Libia o Mali y actuaba "de forma concertada con otros individuos" para conseguir su objetivo.
Además, también hacia labores de asesoramiento de los captados y "desplegaba una permanente actividad de propaganda para la causa yihadista por internet".
Para su labor, Maya Amaya contó con la ayuda de los cuatro integrantes de la red (de nacionalidad belga, tunecina y francesa), que fueron condenados a seis años de prisión y que reconocieron en el juicio que contactaron con el líder de la célula porque tenían interés en viajar a Siria "para luchar contra el régimen de Bashar Al Assad y hacer la yihad".
En relación al único acusado que no confesó, llamado Chafik J.B.A., el tribunal señaló que quedó acreditado que Maya Amaya acudió a él para que les proporcionase documentación falsa que permitiera cruzar las fronteras hacia zonas de conflicto pero no se pudo demostrar que participase en la organización de forma estable.