Pedro Sánchez ha tomado las riendas de la negociación de cara a su investidura y ha empezado a dar pasos para conseguir apoyos aunque la votación en el Congreso no tiene fecha fijada en el calendario. Uno de sus primeros movimientos sitúa a Salvador Illa, el líder del PSC, como una pieza fundamental en las negociaciones con los partidos independentistas que tienen en sus manos la gobernabilidad de España y han puesto la amnistía para los implicados en el 1-O en el centro del debate.
El presidente del Gobierno y el primer secretario de los socialistas catalanes estarán coordinados sobre todo lo que suceda en las complejas conversaciones con Junts y ERC. La sintonía entre los dos es total y Sánchez quiso escenificarla este miércoles reuniéndose con el dirigente catalán en la sede de Ferraz. El PSOE sostiene que los contactos "continuarán durante las próximas semanas de forma permanente".
Sánchez e Illa comparten su visión del problema catalán: la necesidad de seguir dando pasos en el camino de la convivencia -el argumento que repite machaconamente Sánchez-, cerrar definitivamente el capítulo de confrontación y división social que se vivió en 2017 con el procés y el rechazo a un referéndum de autodeterminación.
Illa es uno de los principales puntales para Sánchez y uno de los barones territoriales más poderosos en estos momentos aunque no sea presidente autonómico. El PSC ganó las pasadas autonómicas y las generales del 23J en Cataluña con un magnífico resultado que afianzó la resistencia del PSOE a nivel global. El candidato socialista siempre pone los resultados electorales de Illa como ejemplo de que sus políticas en Cataluña durante la pasada legislatura han funcionado porque un partido constitucionalista es el más votado por los catalanes frente a los independentistas.
Illa no forma parte como tal de la comisión negociadora que ha nombrado el PSOE de forma oficial para los contactos con los diferentes grupos parlamentarios. Las conversaciones están en marcha desde hace semanas, pero ahora se intensificarán. Está formada por siete personas de la máxima confianza de Pedro Sánchez. La vicesecretaria del PSOE y ministra de Hacienda, María Jesús Montero; el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños; la ministra de Educación y portavoz del partido, Pilar Alegría; el secretario de Organización, Santos Cerdán; la secretaria de Política Internacional y Cooperación, Hanna Halloul, y los diputados José Ramón Gómez Besteiro y Óscar Puente.
La introducción del exalcalde de Valladolid es la gran novedad. Ha ganado protagonismo en las filas socialistas tras la decisión del propio Sánchez de que fuese Puente quien diese la réplica del PSOE a Alberto Núñez Feijóo en el debate de su investidura fallida.
Será el equipo que entrará en la letra pequeña y peleará los detalles con los diferentes partidos. Antes, Sánchez se reunirá con los portavoces de los grupos, excepto con Vox, para fijar el marco de la negociación. Él mismo lo anunció en su primera comparecencia tras ser designado por el rey como candidato. Implica un gesto de normalización que sea el presidente quien personalmente se siente en la mesa con los representantes de Junts, ERC o Bildu.
Los socialistas reiteran que todo se hará en el marco de la Constitución y siguen sin referirse explícitamente a la amnistía. La portavoz del PSOE, Pilar Alegría, confirmó que será después de negociar con todos los grupos cuando esa posición se explicará claramente a la sociedad porque los acuerdos serán "claros y transparentes".
Sánchez mantuvo este miércoles la primera de las reuniones de la ronda de contactos con su vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz. Los dos acordaron "acelerar" las negociaciones para cerrar el pacto del Gobierno de coalición antes de que acabe este mes de octubre. Ese plazo de octubre da pistas de que la investidura del candidato socialista podría ser en noviembre. El dirigente de En Comú Podem, Jaume Asens, ya prevé que será a principios de ese mes.
Los equipos negociadores de PSOE y Sumar llevan negociando desde hace más de dos meses, pero todavía hay diferencias importantes en materia social como la reducción de la jornada de trabajo, la subida de los salarios, los permisos de conciliación o el acceso a la vivienda. La propia Yolanda Díaz advirtió tras verse con el rey en el Palacio de La Zarzuela a principios de esta semana que el acuerdo todavía estaba muy lejos.
En Sumar reclaman un programa ambicioso para un Gobierno "útil" que no puede "funcionar al ralentí". Fuentes del partido de Díaz aseguran que todavía no se han puesto encima de la mesa los nombres de futuros ministros, una cuestión que se abordará cuando el acuerdo programático esté encarrilado.
El ritmo de los contactos sufrirá un parón este jueves y viernes. Sánchez recuperará su perfil más internacional con el que el presidente se encuentra especialmente cómodo. Hoy será el anfitrión de la Cumbre de la Comunidad Política Europea que reunirá en Granada más de 40 mandatarios, el viernes participará en la reunión del Consejo Europeo en la ciudad andaluza. Son las citas más importantes de la presidencia española de la Unión Europea que finaliza a final de año y que Moncloa ha preparado milimétricamente con una foto de familia muy simbólica de todos los jefes de Gobierno en La Alhambra.