Vox vuelve a abandonar el Congreso en el día del pinganillo al escuchar a Borja Sémper, del PP, hablar en euskera
Borja Semper ha reaccionado al abandono del hemiciclo de Vox señalando que "no quiere que nadie se levante de sus escaños" sino que "debatan todos"
Borja Sémper ha autotraducido los fragmentos en los que hablaba en euskera mientras Vox ha abandonado el hemiciclo
Vox abandona el primer pleno en lenguas cooficiales y dejan sus pinganillos en el escaño de Pedro Sánchez
El diputado del PP Borja Sémper ha intervenido en el pleno del Congreso en euskera, tras señalar ante los periodistas que el PP hablaría en castellano porque no van a hacer "el canelo" ni "cosas raras", y cuando en la bancada de los populares no han usado el pinganillo. En ese momento, Vox ha abandonado el hemiciclo.
El diputado del PP ha reaccionado a ese gesto - no ha sido la primera vez que Vox lo ha abandonado en el día del pinganillo, pero había vuelto para escuchar al PP, que señalado que "no quiere que nadie se levante de sus escaños" sino que "debatan todos" porque en España no se ha podido hablar en libertad por la dictadura y ETA no permitía tampoco opiniones diferentes.
Además, ha denunciado que el PNV o Bildu expresen "falsos agravios" hacia el euskera cuando gobiernan en el País Vasco o que ERC defienda la libertad lingüística cuando se niegan a que los niños sean educados en castellano en Cataluña, lo que ve una "trampa".El vicesecretario de Cultura y Sociedad Abierta del PP se ha estrenado como diputado en el Congreso en el pleno que tramita la reforma del reglamento de la Cámara para que se pueda hablar en catalán, euskera, o gallego.
Borja Sémper, desde Génova, afirmó que su partido no haría "el canelo" y hablaría en castellano en la normalidad de la actividad parlamentaria se ha permitido intervenir en euskera durante su discurso. Ello, ha hecho que Vox, que ya había salido en parte del hemiciclo, volviese a apostar por ello. Los diputados que se habían marchado, entre ellos Abascal y Millán, que habían regresado, se han vuelto a ir al escucharle abogar por el vasco. El encargado de defender la posición del PP y rechazar el cambio del reglamento de las Cortes, ha sido el portavoz nacional Borja Sémper. "Mis hijos hablan en euskera, no es un problema. Es nuestra diversidad, es nuestro patrimonio", ha sostenido.
Sémper ha tomado la palabra después de que en el hemiciclo lo hubiesen hecho el PSOE, Sumar, PNV, ERC o ERC en gallego, catalán y euskera sin que ninguno de los diputados del PP, y tampoco su líder, Alberto Núñez Feijóo, hayan empleado pinganillos para escucharles y entenderles.
A su compañero de filas sí le han entendido en la bancada popular, porque Sémper ha autotraducido los fragmentos en los que hablaba en euskera, un idioma que ha empleado después de que el PP haya denunciado que hablar en lenguas cooficiales antes de la reforma del reglamento implicaba estar fuera de la legislación vigente.
El dirigente del PP, que en rueda de prensa dijo que los diputados del PP hablarían en castellano porque no iban a hacer "el canelo" ni "cosas raras", ha explicado este martes, replicando a Gabriel Rufián (ERC) que "hacer el canelo no es hablar en catalán" sino "mirar hacia otro lado con las prebendas de los independentistas".
"El PP nunca hará el canelo", ha subrayado Sémper, que ha reivindicado además que el líder de su partido sea bilingüe porque habla gallego. Advierte el PP de que quienes "aspiran a la división" usan el Congreso para "despreciar lo común", el español, y quieren "transformar la soberanía nacional en una institución que ni siquiera nos una la lengua común".
El PP ha defendido además que las lenguas cooficiales no se han escuchado en el hemiciclo para su promoción y defensa, sino únicamente como "moneda de cambio político" porque así lo negoció el PSOE con los independentistas para el control de la Mesa del Congreso.
Semper ha denunciado que el PNV o Bildu expresen "falsos agravios" hacia el euskera cuando gobiernan en el País Vasco o que ERC defienda la libertad lingüística cuando se niegan a que los niños sean educados en castellano en Cataluña, lo que ve una "trampa".