Semana clave para que Alberto Núñez Feijóo sondee de primera mano los apoyos con los que cuenta para su primer intento de investidura en el Congreso los días 26 y 27 de septiembre. Menos de un mes por delante para que el líder del PP consiga los cuatro diputados que le faltan para superar ese trámite que ahora mismo parece inviable. El escenario más realista es el de una investidura fallida. "Es extraordinariamente complicado", admite la dirección del PP. "¿Es imposible? No. ¿Es a cualquier precio? No", advierten en Génova.
Los populares se embarcan en ese proceso con un encuentro al más alto nivel. Una foto entre Feijóo y Pedro Sánchez. Este lunes solicitaron la reunión y el presidente del Gobierno en funciones aceptó. Nadie espera grandes acuerdos de un encuentro -que se celebrará este miércoles en el Congreso- entre los dos líderes políticos que pelean por la presidencia. Los dos trabajan de forma paralela para superar un debate de investidura y tener los votos suficientes.
Fue el vicesecretario de Cultura del PP, Borja Sémper, el que anunció la solicitud de la reunión con la que Feijóo pretende "allanar un camino nuevo en la política española" y buscar fórmulas para dar estabilidad al país. Los populares consideran que los dos grandes partidos, PP y PSOE, tienen una responsabilidad extra al del resto de formaciones políticas para buscar "estabilidad y gobernabilidad".
Feijóo tendrá cara a cara con Sánchez aunque el propio PP tampoco tiene muchas expectativas. Sémper llegó a decir que el encuentro es razonable "aunque sea para que la reunión dure 10 minutos" y el líder del PSOE "no le haga ni caso" al gallego. Por cierto, en la sede de los populares todavía recuerdan que a día de hoy el presidente en funciones no ha felicitado al PP por su victoria electoral el 23 de julio.
"Normalidad democrática. Por supuesto que estamos abiertos a hablar con Feijóo y con todas las fuerzas políticas, salvo con Vox". Fue la respuesta inmediata de La Moncloa. Pero a partir de ahí, los socialistas pusieron como condición que el PP pida disculpas por los insultos y las faltas de respeto durante estos cinco años.
"El PSOE merece respeto, nuestros votantes merecen respeto y por tanto, primero disculpas porque hemos vivido una legislatura donde se ha estado deslegitimando y se ha insultado al partido socialista día sí y día también", afirmó la portavoz del PSOE, Pilar Alegría, que también exigió una rectificación por las continuas apelaciones al transfuguismo en las filas socialistas para la sesión de investidura.
Fuentes de Ferraz cargan contra Feijóo por pretender que su investidura se "realice por vía de personas interpuestas" mientras él permanece "atrincherado en la planta noble" de la sede de Génova. Los socialistas consideran que es una falta de respeto y consideración a los grupos y sus votantes que el líder del PP no esté presente en las reuniones, salvo la del PSOE, y delegue en su grupo parlamentario.
Sánchez transmitirá al líder popular que su investidura está abocada al fracaso y que solo él está en condiciones de reunir 178 votos en el Congreso para ser investido presidente. "La dimensión de la pérdida de tiempo a la que el candidato Feijóo va a someter al país durante estas semanas crece cada día", sentencian en el PSOE.
Y añaden: "Que un candidato a ganarse la confianza de la Cámara renuncie a reunirse con los grupos parlamentarios que pueden darle esa mayoría necesaria es tan inédito como revelador de la nula capacidad del candidato Feijóo para ser presidente del Gobierno de España".
El cara a cara entre Feijóo y Sánchez será el único que protagonice el líder del PP. El gallego esquiva la foto con Junts que tanto escuece en algunos sectores de su partido -el PP catalán rechaza de forma rotunda el diálogo con el partido de Puigdemont- y deja que el resto de contactos con los partidos políticos los lidere su grupo parlamentario. Se producirán en el ámbito del Congreso sin la presencia del presidente del PP. Unas conversaciones de las que se excluye a Bildu y en las que también participarán todos los presidentes autonómicos.
Borja Sémper, tras la reunión del comité de dirección, tuvo que responder a varias preguntas sobre el diálogo con el partido de Puigdemont y la incomodidad que supone para algunos dirigentes del PP. El argumento que reitera la dirección es que "hablar no significa ceder" y "escuchar no quiere decir venderte". Los populares repiten el mantra de que Feijóo no va a ser presidente a cualquier precio, a diferencia de Sánchez, y no va a ceder en aspectos fundamentales como la igualdad entre españoles o la unidad de la nación. Su máxima en estos momentos es que una cosa es el diálogo con Junts en el ámbito parlamentario y otra cosa "irse a Waterloo o estar dispuesto a impulsar una ley de amnistía".
Esa hipotética ley de amnistía es ahora mismo el flanco por el que ataca el PP a Sánchez. El núcleo de Feijóo pone el foco en que dirigentes socialistas la ven ahora factible tras rechazarla en 2017 en el Congreso a propuesta de los partidos independentistas. Para el PP, ese perdón generalizado no tiene cabida en el ordenamiento jurídico y es "un despropósito" que se utilice buscando apoyos para la investidura de Sánchez. Una medida, según Sémper, "pensada y enfocada a dar satisfacción, a dar respuesta a los intereses de un solo hombre". "Y no estoy pensando en Puigdemont, sino que estoy pensando en Pedro Sánchez", puntualizó.
En el PSOE se quejan del doble rasero del PP y denuncian su "hipocresía" por decir abiertamente que ellos dialogan y hablan con el resto de grupos mientras que los socialistas "ceden".
Respecto a la ley de amnistía, Sumar presiona defendiendo que esa norma tiene encaje constitucional y apunta que podría beneficiar tanto a los que pusieron las urnas como a los agentes de la autoridad procesados y ERC ya celebra que ese debate "forme parte" de las negociaciones para una posible investidura de Sánchez. La portavoz republicana, Raquel Sans, aseguró que ya hay contactos y puso sobre la mesa los tres elementos claves para los independentistas: la amnistía para las personas vinculadas con la organización del 1-O, la autodeterminación de Cataluña y el traspaso a la Generalitat de la gestión de Rodalies.
Los primeros movimientos de las futuras alianzas se consumaron este lunes en la Mesa del Congreso. La mayoría progresista permitió con sus votos que ERC y Junts tengan grupo parlamentario propio gracias a los diputados prestados temporalmente por Sumar y el PSOE. El PP votó en contra porque considera que ese préstamo es un fraude de ley.