Noqueados aún por la más amarga de las victorias electorales, en Génova han entrado en modo hiperactivo en un intento de liderar los tiempos y tratar de sacar ventaja política con ello. Pisan el acelerador enviando cartas a Pedro Sánchez para conminarle a facilitar la investidura de Alberto Núñez Feijóo bajo el argumento de la lista más votada mientras su jefe se reúne con Santiago Abascal para analizar el escenario que dejan las elecciones del 23 de julio.
Los populares siguen buscando apoyos bajo las piedras para que el rey Felipe VI finalmente encargue a Feijóo la investidura aunque sea fallida. Dentro de esa esa estrategia en Génova se llegó a plantear incluso hablar con Junts aunque su número dos, Cuca Gamarra, lo ha desmentido este lunes. "No ha estado ni estará encima de la mesa", subrayaba. Lo cierto es que su responsable de política autonómica y local, Pedro Rollán, abrió esa puerta el sábado y nadie en Génova salió a desmentirle hasta 48 horas después lo que hizo saltar todas las alarmas en el PP catalán.
Dirigentes de la formación en Cataluña se pusieron en contacto con la dirección nacional para parar cualquier tipo de aproximación a Carles Puigdemont, auténtica criptonita para el Partido Popular. "Es un disparate, y afortunadamente hoy se ha cortado la tontería", confirma a NIUS uno de ellos. "No puedes acusar a Sánchez de vender España a un prófugo y esa misma tarde pedir audiencia con el prófugo", reflexiona esa misma fuente mientras desde el PSOE no perdían el tiempo y acusaban de "hipócritas" a los populares.
"No hay ningún contacto ni tampoco voluntad de hablar con ellos", zanja una segunda fuente del PP catalán que achaca las declaraciones de Rollán a un intento de quedar como "dialogante". Insiste en que "no hay nada" después de hablar con Génova y alertarles del "error".
En una entrevista en la Cadena Ser el presidente de los populares catalanes, Alejandro Fernández, descartaba a "categóricamente" cualquier negociación con el partido de Puigdemont. "No se pueden hacer este tipo de cosas a cualquier precio", insistía Fernández en la misma línea que los dirigentes consultados por NIUS.
Los siete diputados de Carles Puigdemont son clave para decantar la balanza entre un Gobierno de Pedro Sánchez o repetición electoral. El escenario que más podría convenir en estos momentos a un PP que por otra parte tiene entre las asignaturas pendientes tras el 23J reorientar al partido en Cataluña. Sobre todo si hay que poner de nuevo urnas.
Mientras los populares se desgañitan haciendo ver que Alberto Núñez Feijóo es el "claro ganador" de las elecciones y Pedro Sánchez "un perdedor" que "no ha asumido" el resultado de las urnas mientras le instan a "rectificar" y reunirse para garantizar la "gobernabilidad" , el líder de los socialistas continúa ignorando las reclamaciones de Feijóo y cambia la estrategia en una vuelta de tuerca más. Sánchez ha anunciado que se suma a la carrera por la investidura lo que podría poner en un aprieto al rey a la hora de designar candidato.
En una declaración enlatada y su primera aparición pública tras el 23J, Sánchez elevaba el órdago y dejaba claro que intentará revalidar la presidencia del Gobierno "para otros cuatro años" y convertir la "mayoría social" en "mayoría parlamentaria" desde el momento en el que se constituyan las Cortes el próximo 17 de agosto. "Estoy convencido de que existe una amplia mayoría social para seguir avanzando", afirmaba en un vídeo difundido en las redes sociales.
Toda una declaración de intenciones que Feijóo respondía a continuación por la misma vía. En su cuenta de Twitter el gallego reivindicaba su derecho a liderar la investidura ."Como ganador de las elecciones, mi deber es escuchar al resto de partidos. No voy a aceptar en ningún caso que se pretenda convertir en minoría a la mitad de los españoles", avisaba el líder popular manteniéndole el pulso a Sánchez.
Socialistas y populares se han lanzado ya a la carrera por sumar apoyos. Los bloques de la izquierda y de la derecha están empatados a 171 escaños. 172 en el caso de que el PP consiga el favor de Coalición Canaria formación a la que también corteja el PSOE. Hoy su única diputada en el Congreso, Cristina Valido, mantenía su veto a cualquier fórmula que pase por Vox o por Sumar aunque a pesar de la equidistancia también reconocía más proximidad con Yolanda Díaz que con Santiago Abascal. Abre así la puerta a inclinar la balanza en favor de Pedro Sánchez.
El apoyo de los canarios es importante para Sánchez porque le permitiría esquivar el 'sí' tóxico de Puigdemont. Eso mientras los ministros María Jesús Montero y Félix Bolaños son los designados por Sánchez para conseguir el apoyo de Junts y ERC sin que haya pagar la factura de la amnistía y el referéndum como reclama Puigdemont.
En ese pulso por acudir con más apoyos que el otro a la ronda de contactos con el rey tras la constitución de las Cortes, hay que enmarcar la reunión que mantuvieron la semana pasada Feijóo y Abascal para analizar los posibles escenarios postelectorales y en medio de un fuerte cruce de reproches entre amabas formaciones tras el 23J. Fuentes de Vox han dinamitado el velo de silencio que querían imponer desde Génova sobre ese encuentro y lo han filtrado a los medios de comunicación.
De hecho Cuca Gamarra hacia verdaderos esfuerzos por dar una larga cambiada cuando reiteradamente se le ha preguntado sobre posibles contactos entre ambas formaciones. "Cuando tengamos algo que comunicar seremos transparentes. Con nosotros no hay pactos ocultos ni conversaciones que no puedan contarse", llegaba a decir la número dos del PP.
Eso mientras el vicepresidente de Vox, Jorge Buxadé, no perdía la ocasión en criticar al PP su "cortejo" a Puigdemont. "Nosotros no nos sentaríamos en la mesa con Junts, Bildu o ERC. La posición de Vox es muy clara. No vamos a ser obstáculo para un gobierno que evite la destrucción nacional", señalaba Buxadé desde la sede nacional de su partido en la calle Bambú.