23J: la política española se prepara para una jornada electoral marcada por las altas temperaturas

Quedan 24 horas para votar el panorama en los colegios electorales llega caldeado. Solo hay un sondeo 100% fiable: el termómetro. Y ya ha avisado, hará calor, mucho calor. 

En media España se ha decretado, pues, zafarrancho de combate contra las altas temperaturas del domingo. El climatizador, que llega a un colegio de Sevilla; las botellas de agua sobre cada una de las mesas en Barcelona; o la media docena de ventiladores a punto de estrenarse en Baeza están llamados a ser, más que las propias urnas o las papeletas, los grandes iconos de este atípico y sofocante 23.J. La generalizada queja por lo de votar a 40 grados -o, aún peor, pasar el día en la mesa- ha tenido una generalizada respuesta de muchos ayuntamientos, empeñados en que a nadie le falte una gota de agua o un soplo de aire. Alguno presume incluso de haber ido más allá, como un alcalde que presume de estrenar para la votación un sistema de acondicionamiento bioclimático en uno de los colegios de su pueblo. El traslado de los centros de votación a sedes ya climatizadas es otra de las medidas que se han adoptado en esas comunidades especialmente calurosas, en las que el 23-J quedará para la historia como el "día de los ventiladores". En otras (Cantabria, País Vasco, por citar solo un par) más templadas y por tanto sin planes especiales pasará como una fiesta más de la democracia.