El ambiente de "remontada" se respira en la sede socialista de Ferraz y en Moncloa a dos días del inicio oficial de la campaña electoral. El equipo del presidente del Gobierno sostiene que algunos sondeos ya indican claramente una movilización de la izquierda y un estancamiento del PP de Alberto Núñez Feijóo que sigue siendo el claro vencedor del 23J en todas las encuestas. Este miércoles se hará pública la del CIS, el único organismo que vaticina un triunfo para el PSOE. Por cierto, que en la presentación de su programa electoral, el líder del PP ha prometido que el primer cese que acometerá cuando llegue a la Presidencia del Gobierno será el del presidente del CIS, José Félix Tezanos.
Moncloa está convencida de que la brecha entre los dos grandes partidos se está acortando y que en Génova lo saben. "Nos estamos acercando mucho y rápido", sostienen fuentes del Gobierno que dicen detectar "miedo" en Feijóo. Ven además un síntoma de la "desesperación" del líder popular el anuncio que hizo este martes de que llamará a los barones del PSOE para que convenzan a Sánchez de que le deje gobernar tras el 23J si es la lista más votada.
Según el PSOE, se trata de una intromisión en la vida interna de un partido político. En ese sentido recuerdan que el PP no permitió gobernar a Sánchez en 2019 siendo el más votado y ahora tampoco han dejado gobernar en Extremadura a Guillermo Fernández Vara. En el Ejecutivo argumentan que hasta en los sondeos más desfavorables para el PSOE -como el de GAD3 para NIUS- Feijóo y Santiago Abascal no suman mayoría absoluta en el Congreso, 176 escaños, en la parte baja de la horquilla.
La intensa gira mediática de Sánchez que le llevó este martes al plató de 'El Programa de AR' en Telecinco está dando sus frutos, según fuentes gubernamentales. Antes había estado en otros medios considerados hostiles que han sido muy críticos con las políticas del Ejecutivo como en Onda Cero con Carlos Alsina o en 'El Hormiguero' con Pablo Motos. A juicio de los socialistas, en todas esas entrevistas se ha visto a un presidente "fuerte", que sale a ganar las elecciones y que ha desmontado las "mentiras, manipulaciones y maldades" del sanchismo.
Fue la nueva estrategia que se ideó tras el 28M -menos mítines y más medios- para movilizar al máximo al electorado progresista e intentar desactivar la mala imagen del presidente del Gobierno en algunos sectores de la sociedad. Sánchez ha dado un giro de 180º en su política de comunicación porque a lo largo de los cuatro años de legislatura no había acudido a esos medios conservadores. "Debería haber ido antes", dicen ahora muchos dirigentes socialistas. El propio presidente reconoció su "error" de haber dejado que se hinchase la burbuja del sanchismo.
Son programas de máxima audiencia en televisión, donde el candidato ha aprovechado cada minuto para colar su mensaje en millones de hogares. Nada que ver con los mítines de partido donde más allá de una exhibición de fuerza orgánica solo van los convencidos. Moncloa cree que todas las entrevistas han sido positivas, "puntúan" a favor de Sánchez y han insuflado ánimos a la deprimida y desactivada militancia socialista. De "chute de adrenalina", llega a calificar su paso por 'El Hormiguero'.
El presidente está saliendo al ataque en todos esos medios. Este martes con Ana Rosa Quintana volvió a defender sus "cambios de opinión", no mentiras, por el bien del país como la convivencia en Cataluña. También justificó los acuerdos con Bildu, uno de los asuntos que más desgaste le está causando incluso entre los votantes socialistas. Pactos puntuales, argumentó, porque había que buscar votos "debajo de las piedras" para sacar adelante en el Congreso avances sociales como la reforma laboral, el ingreso mínimo o la subida de las pensiones.
Nada que ver, según su análisis, con los pactos que está sellando el PP con Vox por todo el territorio donde el partido de Feijóo "está tragando" con la retahíla que cuestiona la violencia de género y y asume el lenguaje de Vox de violencia intrafamiliar. Sánchez remarcará a cada oportunidad que tenga que el 23J solo hay dos opciones, "o un Gobierno progresista o uno ultraderechista".
El candidato se presentó una vez más como una víctima de los insultos de la derecha, se quejó de que le llaman "obseso del Falcon, soberbio, prepotente, golpista o filoetarra" y en el contexto de explicar su cambio de posición respecto a Marruecos y el Sáhara que algunos relacionan con el hackeo de su teléfono móvil con el programa de espionaje Pegasus proclamó que no tiene nada que esconder: "Hoy no tienen nada contra mí. ¿Sabe por qué? Porque yo soy un político limpio. No soy perfecto, pero soy limpio. Soy una persona limpia".
"La dirección es la correcta", aseguran en Moncloa. Por lo tanto, las entrevistas seguirán esta semana, este jueves Sánchez estará en Informativos Telecinco con Pedro Piqueras, antes de llegar a una cita clave para el PSOE: el cara a cara con Feijóo este próximo lunes en Atresmedia. El equipo de campaña da una importancia trascendental al debate porque es donde claramente se podrán contrastar las propuestas y los modelos de país de cada uno. Sostiene además que en todos los duelos parlamentarios que han mantenido Sánchez y Feijóo en el Senado, el jefe del Ejecutivo ha barrido al gallego.
Los socialistas intensifican su crítica a Feijóo por negarse a debatir -solo ha aceptado un cara a cara y en principio no asistirá a los debates a cuatro organizados por RTVE y por el grupo PRISA- y consideran que el presidente del PP o está débil para afrontar un cara a cara o se avergüenza de su pactos con Vox.
Sánchez ha despejado su agenda este fin de semana anulando incluso un acto electoral previsto en Plasencia para preparar el debate. Los dos candidatos estarán sentados a las 22:00 horas del día 10 de julio frente a frente, sin móviles ni ningún tipo de dispositivo electrónico. Será el único duelo entre los dos antes del 23J, la cita decisiva de la campaña.